sábado, 13 de diciembre de 2008

I PROYECTO ETNOGRAFICO PARAMO DE LOS CONEJOS.CAPITULO I

ESTUDIO ETNOGRAFICO DEL PARAMO DE LOS CONEJOS, SIERRA DE LA CULATA, ESTADO MERIDA, REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

Este proyecto educativo está en permanente cambio y elaboración, si usted desea participar en él mediante la inclusión de su experiencia, información sobre el tema: anécdotas, leyendas, fotografías u otras que Ud considere relevante, por favor envíalas por eagronet0101@hotmail.com o eagronet0101@yahoo.com, eagronet0101@gmail.com la incluiremos con mucho gusto, siempre estaremos agradecidos por su deferencia y atención.
AGRADECIMIENTO
Se hace efectivo el reconocimiento a las personas e instituciones que permiten la realización del proyecto, en especial a los autores de textos e investigaciones, de los que, con el mayor respeto y consideración se han tomado contenidos que son pertinentes para el proyecto, debido a que le dan soporte y significancia a este trabajo que persigue objetivos sin fines de lucro, sin dejar de testificar la cita bibliográfica de donde son consultados; es oportuno reconocer el aporte invalorable de los habitantes de la comunidad de Las González, su contribución le agrega al trabajo el elemento humano, el calor de lo social, lo cultural, lo histórico; ellos son el pilar fundamental de la labor de esta investigación. Por último se agradece a las diferentes organizaciones comunales e instituciones públicas, así como a las sin fines de lucro, que alimentan con su apoyo y colaboración el buen desarrollo del proyecto.

RESUMEN
Lo expuesto forma parte de la investigación en desarrollo (en línea por internet, en la que puedes participar) sobre las dimensiones: histórica, social, cultural, económica y ambiental en el páramo Los Conejos ubicado en la Sierra La Culata, Mérida en los Andes de Venezuela.
El proyecto de investigación etnográfico se basa principalmente en el estudio de las variables de las representación: tiempo, cultural, valores, económicas, sociales, religiosas, gastronómicas, tecnológicas, arquitectónicas y de espacio ambiental, estudiadas a partir de la reproducción de la vida material y espiritual de los habitantes con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas y del ambiente de esta área de la sierra de La Culata.
Se incluye, por ser de peso fundamental, el proceso de transformación cultural que se produce cuando los parameros comienzan a migrar de las altas montañas a los centros urbanos, las consecuencias que tiene el éxodo sobre la zona de habitación del páramo, con lo que se pierde o disminuye la capacidad de sustentación de las personas en esas áreas y merma la vigilancia natural y directa de los habitantes del páramo sobre la calidad ambiental. Trata sobre la situación a la que se enfrentan los ciudadanos de esas montañas al residenciarse en las ciudades y sectores conurbanos, el efecto que tiene sobre las montañas el asentamiento de los parameros en los centros urbanos. Las consecuencias que se generan del asentamiento de personas no originarias del páramo en las propiedades que dejan los naturales de esas comunidades.
El método de investigación empleado es principalmente el etnográfico, mediante el cual se organizan los datos aportados en la conversación, el contacto con la gente del lugar, la observación de los procesos a estudiar; se emplea también la investigación documental relacionada con las variables inmersas en el estudio; se apoya en la investigación de campo aportando insumos de forma métodica y sistemática, ofreciéndole a la investigación fortaleza científica y caracter original en su enfoque, se propone la innovación en los temas investigados y resultados originales, se concentra el estudio en los ejes: (cultural, temporal y espacial) cuya ruta va formando un mapa de vida de los habitantes del páramo de Los Conejos.
La propuesta inmersa como resultado del diagnóstico y del marco teórico se basa en los proyectos factibles; la educación: educación para el trabajo, educación ambiental, educación para la salud y educación para la organización comunal; se propone la agroecología, el ecoturismo como alternativas socioeconómicas viables y factibles para desarrollar en el páramo de Los Conejos.
Palabras claves: historia del páramo de los conejos, espacio del páramo de los conejos, calidad ambiental, calidad de vida, ambiente, ecodesarrollo, agricultura natural, ecoturismo, educación ambiental.

INTRODUCCION
El proyecto se basa en la investigación de la realidad social, económica, cultural, histórica, religiosa, gastronómica, tecnológica y ambiental de la aldea Las González y del Páramo de Los Conejos, ubicado en la sierra La Culata, en el estado Mérida, los andes venezolanos. La investigación se efectúa en línea, en el ciberespacio, mediante la internet, lo que posibilita la participación de las personas interesadas.
El capítulo I trata sobre
El capítulo II
El capítulo III
El capítulo IV
El capítulo V.
El capítulo VI
CAPITULO I.
TEMA O PROBLEMA
La situación que se presenta en el páramo de los Conejos tiene en su conformación diferentes y complejos elementos de carácter humano y ambiental que afectan la calidad de vida de los habitantes de la localidad y del equilibrio del medio en el área en estudio; incluye aspectos sociales que en la mayoría de los casos no han sido resueltos, entre los que resaltan para la comunidad los temas en: educación, capacitación para el trabajo, educación ambiental, cultura, salud, vivienda, acueducto, vías de penetración, deporte, recreación, electrificación, pozos sépticos, vertidos de aguas servidas, fuentes de trabajo; seguridad de las personas, mantenimiento de los caminos de acceso, comercializacion y transporte de los productos agrícolas producidos en la comunidad; ausencia de créditos para la siembra y cría de animales; conflictos entre las personas y las autoridades que administran el parque nacional Sierra La Culata por la diversidad en los interes y objetivos que ambas partes persiguen; ingreso de personas agenas a las familias originarias de la comunidad, como consecuencia de compra de derechos de páramos. Estas carencias en la comunidad, al no ser resueltas afectan la calidad de vida de las personas e impactan el equilibrio ambiental de lugar.
Se observa que las condiciones de vida de las personas está estrechamente ligada con las condiciones económicas e ingresos de la familia, que los obtienen de los programas y planes ejecutados por el Estado en las montañas, por transferencias que familiares realizan a las familias residentes en el páramo de Los Conejos; y los ingresos producidos por las familias originado en el trabajo agropecuario y otras actividades en muy poca intensidad que se practica en el páramo. La pérdida o disminución de alguna de estas fuentes de ingreso para las familias, genera consecuencias negativas sobre las personas y genera la situación disfuncional y crítica sobre los recursos naturales.
Revisando las fuentes de ingreso para las familias, se destaca la inexistencia de fuentes de trabajo alternativos a la mermada y desaparecida agricultura y ganadería, las que por siglos fue la base de la economía de la aldea, varios factores inciden en la disminución de las actividades económicas tradicionales mencionadas, aspecto que se estudiará más adelante, por otro lado, se menciona la incapacidad de las familias para enfrentar la carencia de fuentes de trabajo y suficiente ingreso con fuentes alternativas como son: la artesanía, el ecoturismo, la piscicultura, horticultura, floricultura, apicultura, conservación ambiental, viverista forestal, recuperación de la fauna local, albañilería, plomería, electricidad, en conclusión no existen alternativas de trabajo sustentables y en armonía con el ambiente y con la cultura tradicional de la población.
El déficit en la situación social, económica y cultural en el páramo de Los Conejos genera graves problemas que afectan el ambiente, que se manifiesta en: la tala indiscriminada, la caza irracional e ilegal; la explotación de la ganadería bovina especializada en leche que requiere la deforestación para la formación de potreros de forma indiscriminada, uso de pesticidas y fertilizantes índustriales; la ganadería extensiva sin control que afecta los páramos; la agricultura intensiva con empleo de productos químicos, fertilizantes industriales y abono orgánico, afectación del suelo por mala práctica, cultivos en laderas, uso irracional del riego, contaminación de los causes y fuentes de agua; la agricultura extensiva practicada de forma irracional y descontrolada que afecta seriamente el ambiente; intervención intensa e incremento constante del impacto humano en las cuencas de los ríos que abastecen los acueductos de importantes centros urbanos; en el páramo de Los Conejos, se manifiesta la ausencia de vigilancia ambiental para el control de las actividades humanas; la presencia de turistas por la Sierra de La Culata sin control ni vigilancia, este es otro factor que afecta seriamente la calidad del ambiente del lugar y la cultura propia.
Se considera como ejemplo situacional de la problemática socio ambiental lo que ocurre en la cuenca del río Las González, área geográfica que tiene gran valor estratégico como abastecedora de agua para poblaciones localizadas en la zona semiárida de la cuenca media del río Chama. El páramo de Los Conejos por los humedales y nacientes de agua, es proveedor del líquido para las comunidades del Municipio Campo Elías: Ejido, la Mesa de Los Indios, Jají y de la ciudad de Mérida; parte del municipio Sucre; dentro de la misma zona semiárida abastece, a través del acueducto de Las Canalejas, a los habitantes de 23 comunidades rurales o de rasgos urbanos. El acueducto de la ciudad de Mérida también se surte de agua que proviene de este páramo: río Albarregas, río La Pedregoza, de no controlarse de forma efectiva y sistemática las actividades socio-ambientales en la cuenca del río Las González parte importante de las poblaciones aguas abajo de este río, se afectaran notablemente.
Por la vertiente del Sur del Lago de Maracaibo otras poblaciones importantes y en pleno crecimiento se abastecen de agua que se origina en estos parajes: Tucaní, Caño Zancudo, Arenales, La Azulita, Nueva Bolivia, Caja Seca, Guachicapazón entre las más importantes. La provisión de agua para las necesidades de esas comunidades de forma permanente y en cantidad y calidad suficiente en el tiempo depende, en buena medida de la garantía del uso sostenible de las cuencas en la parte alta, por lo que es imprescindible e impostergable el establecimiento de programas y proyectos enmarcados en la noción de desarrollo rural sustentable, que a la par de garantizar una mejoría sostenida de la calidad de vida de los habitantes del Páramo de Los Conejos, mantenga inalterada las condiciones ambientales para garantizar la disponibilidad hídrica, que permita sustentar los actuales y futuros desarrollos en la zona media de la cuenca del río Chama y el pie de monte de la cordillera Sierra de La Culata en el Sur del Lago de Maracaibo.
El páramo de Los Conejos se ha convertido en un área preferida por los operarios de turismo y grupos de senderistas para realizar caminatas y campamento, de esa manera, disfrutar el paisaje, los valores ambientales y sociales presentes en el lugar, estos visitantes en algunos casos, generan daños al ambiente representado en la provocación de incendios forestales, la pesca ilegal, la caza furtiva, afectación de la flora, la contaminación del lugar con desechos sólidos, la generación de ruidos y daños en los caminos por el tránsito de motos y el uso de los pocos caminos para la práctica del turismo en vehículos automotores; otro problema causado por los visitantes es la transmisión de valores negativos y extraños a los ciudadanos de las montañas.
El acceso al páramo de Los Conejos en el período de sequía debe ser controlado estrictamente impidiendo el ingreso de turistas y personas extrañas al lugar, para ello las autoridadesde INPARQUES está facultada por las leyes ambientales y el Reglamento de Uso del Parque Nacioanl Sierra La Culata para llevar efecto tal medida.
Los habitantes del lugar generan daño ambiental por el vertido de las aguas servidas y cloacales de las pocas viviendas, que lentamente están en crecimiento y sin control, que de incrementarse por la compra de terrenos de personas extrañas al páramo de Los Conejos, en consecuencia deteriora notablemente la calidad del agua que requieren las comunidades mencionadas, también por el empleo de productos químicos utilizados en las actividades agropecuarias. Algunos practican la caza ilegal y pesca de truchas; proceden a la tala de bosques para la construcción de viviendas y otras necesidades; practican la agricultura extensiva sin control con el daño que causaal ecosistema del páramo; talan áreas para la organización de pastizales para la ganadería de leche especializada e intensiva.
Proceden en la construcción de vías de penetración agrícola sin considerar el impacto ambiental, que con vistas al futuro generaran notables cambios en el ambiente, por lo que es necesario la intervención de INPARQUES de manera permanente y con prensencia en el lugar para controlar la construcción de estas vías.
Una situación que se presenta periodicamente aguas abajo del páramo de Los Conejos en los sectores urbanos es lo que se corresponde con los deslaves que ocasionan pérdida de vidas y de bienes, que son lamentables consecuencias de las actividades de impacto en las áreas altas de las montañas, situación que se manifiesta con mayor intensidad por efecto de la deforestación y empleo irracional de los suelos, aunado a malas prácticas agrícolas que propenden a generar deslaves y focos erosivos de gran escala.


OBJETIVOS.
OBJETIVO GENERAL

Elaborar mediante el empleo de la metodología de proyecto etnográfico, con el complemento de otras metodologías de la investigación, el diagnóstico situacional de las condiciones de vida de los habitantes y del ambiente del páramo de Los Conejos, sierra La Culata, en el estado Mérida, República Bolivariana de Venezuela que permita el diseño de proyectos factibles, sustentables y ecológicos, que contemplen los requerimientos de la comunidad en ese páramo, para lograr el mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes, así como el cuidado y fomento de los recursos ambientales.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
-. Efectuar el diagnóstico situacional del páramo de Los Conejos, que incluya los problemas, requerimientos, necesidades y expectativas en el ámbito humano y ambiental que contribuya a buscar soluciones para elevar la calidad de vida de los habitantes y del ambiente del sector.
-. Analizar a través del estudio científico-metodológico del tipo etnográfico, complementado con otras metodologías de investigación, el patrón de comportamiento humano que caracteriza la comunidad en estudio y su acción sobre el ambiente en el área de impacto.
-. Considerar las variables objetivas (necesidades básicas) de la población y la situación del ambiente, para el empleo de los conceptos de: calidad de vida y ambiental, ecodesarrollo sustentable, ecoturismo responsable, proyecto factible, agroecología en la búsqueda de las posibles soluciones en el Páramo de Los Conejos.
-. Definir los criterios base de la investigación para establecer el plan de proyectos factibles para el ecodesarrollo sustentable del páramo de Los Conejos.
-. Precisar la influencia de la red de los caminos que atraviesan el Páramo de Los Conejos sobre la calidad de vida de las personas y del ambiente.
-. Incorporar las personas que habitan en el páramo Los Conejos e instituciones relacionadas con estas montañas en el diseño, ejecusión y evaluación de los proyectos factibles para lograr el ecodesarrollo sustentable.

-. Describir la situación de los habitantes del páramo y de sus descendientes que habitan en zonas circunvecinas al páramo de Los Conejos y su relación con el área impacto del estudio.

-. Recopilar las manifestaciones: históricas, culturales, religiosas, gastronómicas, tecnológicas, arquitectónicas en el área meta del estudio.
-. Diseñar programas, estrategias, recursos en materia de educación para el trabajo, educación ambiental, educación para la organización de la comunidad y educación para la salud.
JUSTIFICACION DE LA INVESTIGACION.

Se propone estudiar y ahondar en los procesos que tratan sobre el ecodesarrollo en consonancia con el equilibrio ecologico para aplicar el basamento conceptual y metodológico existente en la materia en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del páramo de Los Conejos y el fomento y conservación del ambiente de ese lugar.

El estudio de los factores ambientales como: el clima, paisaje, suelos, fauna, flora y el agua propios de la zona sirve para resaltar y valorizar el potencial y diversidad ambiental presente en el páramo de Los Conejos, para colocar los recursos ambientales en la importania estratégica que tiene, en función de los millones de personas que necesitan el agua provenientes de sus cuencas para satisfacer los requerimientos de los sistemas de acueducto, principalmente, y de las generaciones venideras, ofreciéndo así respuestas para la conservación del área de impacto sin alterar su verdadera esencia como área rural y de reserva ambiental.

La búsqueda de información sobre la red de caminos permite identificar la importancia histórica que tuvo, tiene y tendrá el páramo de Los Conejos para la ciudad de Mérida y la cuenca media del río Chama, la red de senderos permite el acercamiento a la realidad de estas montañas y ofrece alternativas de comunicación para el conocimiento integral de las necesidades existentes en la zona, las potencialidades y fortalezas de estos campos que pueden emplearse para el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y de la calidad del ambiente del páramo de Los Conejos.

El esfuerzo eurístico toma en cuenta los valores culturales y ambientales practicados desde hace cientos de años por los habitantes del páramo de Los Conejos y de comunidades exitosas en materia de ecodesarrollo y conservación ambiental en el mundo, los que han logrado la coexistencia en armonía con el ambiente en la búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida; on lo que, los resultados de la investigación sirven para motivar a los habitantes y visitantes de este páramo en los valores fundamentales de la educación y conservación ambiental. También puede servir de ejemplo para otras comunidades de bioma páramo tanto de Venezuela como de América del Sur.

El proyecto hace énfasis en los procesos y metodologías de agricultura y ganadería de bajo impacto, natural u orgánica, por lo que se constituye en esfuerzo dirigido a mantener la actividad económica tradicional del páramo de Los Conejos sin que efecte de forma negativa el ambiente en el páramo de Los conejos.

Se investigan diferentes proyectos exitosos en ecoturismo responsable implementados en América Latina y el mundo que se puedan aplicar a la realidad socio ambiental del páramo de Los Conejos con el fin de promover alternativas de ecodesarrollo sostenible que mejoren la calidad de vida de los habitantes y del ambiente.

Considerando que aproximadamente gran parte del área del páramo se encuentra bajo el regimen de protección bajo el regimen de Parque Nacional Sierra La Culata el resultado de la investigación sirve para extrapolar las posibles soluciones y aspectos relevantes a otros páramos bajo regimen administrativo de resguardo y protección en Venezuela.

LIMITACIONES.

Dificultad para conseguir información sobre el tema, actualizada y accesible.
El apoyo por parte de asesores especializados y de instituciones relacionadas con el tema es complicado y burocratizado.
Lo alejado del lugar dificulta las vistas constantes e implica disponer de tiempo y recursos económicos.
La práctica cultural de las familias de trasladarse a centros urbanos en algunas épocas del año imposibilita contar con personas que ofrezcan información oportuna y veraz.
La formación cultural de las personas del páramo en algunos casos impide la obtención de información.
Difícil acceso a laboratorios especializados para el análisis de muestras.
Lo onerosos de la realización de procesos de laboratorio para el análisis de muestras tomadas.
La poca información disponible sobre aspectos socioculturales del páramo de Los Conejos.
Lo contenido en el Reglamento de Uso del Parque Nacional Sierra La Culata sobre la realización de investigaciones en el área.


ALCANCES.
Sirve de apoyo para investigadores que se dediquen a trabajos relacionados con el tema y el lugar de impacto.
Es un soporte para la elaboración de planes y programas que coadyuven al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y del ammbiente en otras áreas de contexto parecido.
Promueve la conservación y protección del páramo de Los Conejos como reservorio de agua y de las condiciones ambientales propias de páramo.
CAPITULO II
MARCO TEORICO
DIAGNOSTICO SITUACIONAL DEL PARAMO DE LOS CONEJOS

MARCO AMBIENTAL
DESCRIPCION FISIOGEOGRAFICA DEL PARAMO DE LOS CONEJOS
Scientia Guaianae. Instituto venezolano de Investigaciones Científicas. IVIC. Caracas. Venezuela. 1995. P 238
Percepciones Locales del Ecosistema Paramo
Eglee Lopez Zent

Resumen.
Este artículo explora la relación ambiente-hombre en una comunidad del páramo venezolano ( 3100 – 3850 msnm ) Se destaca la conceptualización del ambiente páramo expresado por setenta de sus ocupantes entrevistados…
Introducción.
Este trabajo explora el conocimiento ecológico de los parameros venezolanos a partir de su definición de ambiente páramo. Incluye sus criterios, categorizaciones y algunas de sus conductas…
Localidad de estudio.
El área de estudio es el valle de Las González ( 3100 -3850 m.s.n.m) en el páramo de Los Conejos ( 08 º 40’ - 08 º 45 ‘ latitud norte; 71 º 11’ -- 71 º 15’ long oeste) está ubicado en la región noroccidental de la Sierra Norte de la Cordillera de Mérida, Venezuela. El trabajo de campo se efectuó desde marzo a agosto de 1988 y en diciembre de 1992. El área es de origen glacial y se conforma con los criterios emitidos por parameros y científicos para considerarla páramo.

Culturalmente se asume que las comunidades parameras se generaron por la conjunción de poblaciones indígenas e hispanas. No se ha demostrado la presencia humana prehispánica permanente en páramos venezolanos, pero datos arqueológicos ( Wagner 1967, 1973; Rivera 1992), etnohistóricos ( HM-RP 1558, 1791; Simón 1627) y etnográficos ( Lopez 1992) muestra su presencia estacional e infieren una ascendencia cultural indígena en las estrategias de exploración. Elementos de grupos indígenas e hispanos subsisten en la población contemporánea.

Al páramo de Los Conejos se accede solo caminando ( recientemente se amplio una trocha de penetración agrícola con lo que ingresan vehículos de doble tracción). Ascendiendo entre 5 ó 9 horas ( de acuerdo a la ruta), el camino de recuas que conduce al valle de Las González, ocupado desde hace por lo menos 300 años por comunidades humanas. El patrón de asentamientos sobre el valle es irregular, las residencias se disponen en un área de unos 7 km, aunque la superficie de ocupación/ explotación de la comunidad es mucho mayor. En 1988 se observaron 27 unidades residenciales dispersas, dispuestas a lo largo de los cursos de agua, 19 de las cuales estaban ocupadas por 144 personas. Actualmente solo 14 están habitadas permanentemente por 84 persona( 13 familias nucleares). Los flujos de ocupación – desocupación humanos explican parte de la historia del asentamiento prolongado.
El páramo de Los Conejos está ocupado con varias familias extendida. Estas comparten muchos de sus bienes y tierras, aun la unidad de relación y producción es la familia nuclear. La propiedad de la tierra es variable, gran parte propiedad del Estado y desde 1991 se decretó Parque Nacional “Sierra La Culata”. Los parameros poseen las bienechurías y las tierras se ususfructan individual y comunalmente: se traspasan mediante la compra, venta y herencia de derechos de páramo.
La economía es tradicional y de subsistencia. La agricultura, con la papa como su cultivo mayor, la cría de animales, la pesca de truchas, la recolección de plantas medicinales, la caza en menos escala son las actividades cotidianas que aportan los productos destinados al consumo, intercambio o venta. La construcción de caminos, viviendas, cercas y arados, son también tareas de subsistencia.
(Desde hace varios años algunas familias trabajan con el ecoturismo alquilando bestias y sirviendo de guías para los visitantes que en algunas épocas del año escogen estos páramos para su estadía y distracción.)
PARAMO.
Se describe el bioma páramo tropical para conseguir el mayor acercamiento y conocimiento de las condiciones geográficas y ambientales que conforman el páramo Los Conejos. Los páramos son ecosistemas importantes a nivel regional y global siendo uno de los ambientes de mayor endemismos de las altas montañas del mundo. Su diversidad biológica, paisajística y cultural hacen del Páramo Andino un ambiente de mágica belleza con un gran potencial turístico. Debido a la situación de intervención, los ecosistemas de páramo se ven actualmente cada vez más amenazados. Por ello, se hace necesario unir esfuerzos más allá de las fronteras nacionales para la búsqueda de soluciones con la participación de todos: pobladores andinos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, empresarios e investigadores. En Venezuela la región de páramo se ubica principalmente en la Cordillera de Mérida, en los Estado Mérida, Táchira y Trujillo. En el estado Mérida, su distribución está conformada por las principales sierras: Nevada de Mérida, La Culata, Santo Domingo. El páramo se encuentra en las montañas andinas venezolanas por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, la forma de vida emblemática son las rosetas gigantes, conocidas popularmente como "frailejones". Así mismo, los páramos constituyen un espacio para la vida de numerosas comunidades campesinas e indígenas y funcionan como un corredor biológico para animales en peligro de extinción como el Oso Frontino, el Cóndor de los Andes, el Puma y el Guache Parameño.

PISOS TERMICOS.
En la zona intertropical, el relieve constituye el factor modificador del clima de mayor importancia, por lo que los distintos tipos climáticos están relacionados principalmente con la altitud relativa determinada por ese relieve. Surge así el concepto de pisos térmicos, también llamados pisos climáticos, pisos bióticos y también pisos ecológicos, dependiendo de los criterios que tomemos en cuenta.Existen varias razones que podrían fundamentar el empleo de una de dichas denominaciones en lugar de las otras. Por ejemplo, no sólo varía la temperatura con la altura relativa sino también otros elementos del clima como son la humedad, las precipitaciones, los efectos de los vientos (sobre todo, a escala local) y por supuesto, la presión atmosférica. Así pues, la denominación de pisos climáticos podría preferirse si vamos a estudiar detalladamente la forma como la altitud en la zona intertropical modifica todos y cada uno de los elementos climáticos. Lo mismo podemos decir con respecto a la denominación de pisos bióticos ya que puede tener mucha importancia estudiar la adaptación de los seres vivos a la diferencia de altitud. Así pues, podemos usar el término pisos bióticos o pisos ecológicos si vamos a enfatizar las influencias de esa altitud sobre los seres vivos o las interrelaciones existentes entre los seres vivos y el medio ambiente, incluyendo a la altitud del relieve como uno de sus elementos. Sin embargo, el empleo de la denominación de pisos térmicos resulta preferible porque, en cierto modo, el descenso de la temperatura con la altitud representa un factor de modificación bastante preciso en la zona intertropical, pero sobre todo, porque todos los otros elementos climáticos, así como las adaptaciones de los seres vivos a estos elementos dependen, en mayor o menor intensidad, de la altitud del relieve sobre el nivel del mar.
Altitud y temperatura.
La progresión de la altitud relativa en la zona intertropical da origen a una disminución considerable de la temperatura, aproximadamente, 1 ºC por cada 180 m de altura (a esto se denomina gradiente térmico). Esta disminución de la temperatura con la altitud determina lo que se conoce como pisos térmicos, y algunos autores se refieren también a la existencia de fajas o bandas de acuerdo a la altura relativa del relieve, en lugar de pisos. Surge así lo que algunos autores han denominado la Geografía “altitudinal” en los países intertropicales. Se han definido 4 ó 5 pisos (según diversos autores), en los cuales, las temperaturas medias, las precipitaciones y la insolación pueden variar lo suficiente como para hablar de climas distintos según la altitud. Así pues, como en la zona intertropical las temperaturas medias varían poco a lo largo del año (los climas intertropicales son climas isotermos), la altitud se convierte en el factor climático de mayor importancia, como ya se ha dicho. El concepto de pisos climáticos viene así a definir con mayor precisión los climas de montaña en la zona intertropical.
Los pisos térmicos en Venezuela
En el caso de Venezuela, donde el concepto de pisos climáticos ha sido muy bien estudiado, se suele considerar la existencia de 5 pisos, comenzando con el nivel inferior que corresponde a lo que tradicionalmente se conoce como "tierra caliente" y siguiendo con los pisos subtropical, templado, frío, páramo y helado.En realidad la tierra caliente, ubicada entre el nivel del mar (27 ºC de temperatura promedio anual) y los 600-800 msnm (algunos autores señalan hasta los 1.000 msnm) con una temperatura promedio de 22-24 ºC en este nivel superior, no se suele incluir como uno de los pisos térmicos, ya que su clima podría quedar mejor definido por la propia clasificación climática de Köppen (climas cálidos en sus distintas variantes: Af, Am y Aw). En la tierra caliente la planta autóctona representativa de la zona intertropical americana es el cacao, que crece como una planta de sotobosque en un clima cálido y húmedo durante todo el año. También la yuca que, a diferencia de la papa, no es una planta de sotobosque y no presenta tubérculos, sino que se aprovechan sus raíces para su uso directo como alimento o para la producción de casabe, el cual viene a ser una forma autóctona americana del pan que siempre han venido consumiendo la población indígena. En las llanuras de la zona intertropical la vegetación es muy variada, sobre todo en las selvas lluviosas (selva pluvial macrotérmica, selva ecuatorial, selva de galería, etc.) y en menor grado, en las zonas de sabana y bosques tropófilos.
El piso subtropical. Esta es una denominación poco apropiada, pero no existe otra de mayor precisión que se haya empleado para designar a un piso de transición o intermedio entre los niveles de la tierra caliente y la templada, y que se encontraría entre los 900 y los 1500 msnm de altura promedio. Corresponde a lo que en Venezuela se conoce como piso del café ya que en él se localizan las principales plantaciones de este cultivo. Las temperaturas promedio se ubican entre los 22 ºC a los 900 msnm y los 18 ºC a los 1.500 msnm, aproximadamente.
El piso templado. Se localiza entre los 1500 y los 2200 msnm (18 a 13-14 ºC de temperatura media anual, aproximadamente. Es el nivel de las flores y de las hortalizas en la zona intertropical. Constituye una de las regiones ecológica más productivas por hectárea de nuestro planeta, si omitimos el efecto y los riesgos de las pendientes para la agricultura intensiva. De hecho, algunas mesetas intermontanas ubicadas en este piso pueden producir rosas y otros productos de la agricultura intensiva como para abastecer un mercado muy amplio en todo el mundo. Como esta altura es bastante favorable para la producción de lluvias orográficas en las laderas de los vientos dominantes viene a ser, aproximadamente, el piso de la selva nublada (también llamado bosque montano alto), caracterizado por la gran variedad de la vegetación y una gran adaptación y estabilidad ecológica, mostrada por la presencia de helechos arborescentes, como puede verse en la imagen tomada con ayuda de iluminación artificial (por la oscuridad ya en horas de la tarde). Los helechos arborescentes constituyen una especie vegetal muy antigua, una de las primeras que aparecieron en la Historia geológica de la Tierra: de hecho, los depósitos de carbón más antiguos que se han encontrado en Europa contienen numerosos restos fosilizados de hojas y troncos de estas plantas.
El piso frío. Este piso se ubica entre los 2200 y los 3000 msnm (13 a 10 ºC). Es el nivel ecológico de la papa (o patata), también cuando nos referimos a la zona intertropical, aunque pueden desarrollarse aquí (al igual que en el piso templado) muchos otros cultivos de los climas extratropicales.
El páramo. El piso paramero o simplemente, páramo, es el que se ubica entre los 3000 y 4700 msnm (10 a 0 ºC, aproximadamente). En las tierras andinas, el término páramo tiene una connotación distinta a la que tiene en Castilla (España). En España se denomina páramo a una tierra elevada y casi estéril que forma parte de mesas (o mesetas) recortadas por la erosión. En cambio, en la América intertropical, se denomina páramo a las tierras con vegetación de praderas alpinas, con abundancia de plantas con flores adaptadas a un clima siempre frío, con temperaturas que oscilan entre los 0 y los 10 ºC en su límite inferior. Las plantas típicas de esta faja altitudinal son, de nuevo en el continente americano, algunas especies de frailejón (Espeletia argentea) existentes, principalmente, la Espeletia schultzii y la Espeletia moritziana. En Venezuela se suele cultivar trigo en este piso, con cuya harina se suelen elaborar las arepas andinas, muy populares en la región. Sin embargo, un aprovechamiento más importante desde el punto de vista económico es el de la ganadería vacuna, teniendo en cuenta que el ganado necesita en este piso ecológico algún suplemento alimenticio a base de calcio(http://www.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/revistageografica/
vol43num2/nota43-2-2.pdf)"
http://es.wikipedia.org/wiki/Pisos_térmicos"if (window.runOnloadHook) runOnloadHook();http://es.
wikipedia.org/wiki/Pisos_t%C3%A9rmicos
La Sierra de La Culata – Mérida – Venezuela.
Se ubica en plena Zona Intertropical, al Norte de Suramérica, al occidente de Venezuela y al noreste del estado Mérida. Astronómicamente el área en estudio, abarca desde los 8° 35’ 22” y los 9° 10’ 4” de Latitud Norte y desde los 70° 34’34” y los 71° 27’ 47” de Longitud Oeste.
Desde el punto de vista político - administrativo, La Sierra de La Culata ocupa parte de municipios de los estados Mérida, Trujillo, Lara y Barinas con una superficie aproximada de 200400 Kilómetros cuadrados. Sus límites a grandes rasgos discurren de la siguiente manera: por el norte con el piedemonte andino lacustre (estado Zulia); por el sur con las vertientes orográficas izquierdas de las cuencas de las ríos Chama y Mucujún (estado Mérida); por el este las cuencas de los ríos Motatán (estado Trujillo) y Santo Domingo (estado Mérida) y por el Oeste la cuenca del río Mucujepe (estado Mérida)
CLIMA
En cuanto al clima está influenciado por dos regímenes de precipitación: Uno tetraestacional o bimodal (Patrón lacustre) que lo afecta en mayor proporción, y uno biestacional o unimodal (Patrón continental o Llanero) que afecta las cuencas altas del Chama y Motatán y la cuenca de Santo Domingo. Las variaciones de temperatura están condicionadas por el relieve, presentando un gradiente altotérmico aproximado de 0.6º C/100 mts. de desnivel. La temperatura promedio oscila entre los 28ºC. en los sectores más bajos y los 2ºC. en las cumbres más elevadas.
HIDROGRAFIA.
El Parque constituye una gran unidad hidrológica, conformada por 21 cuencas y subcuencas, de ríos de mediano a gran porte: Chama, Mucujún, Albarregas, Las Gonzáles, Capaz, Mucujepe, Guachizón, Río Perdido, Río frío, Aguas Calientes, Tucaní, San Pedro, Torondoy, Chirurí, Pocó, Buena Vista, Chimomó, Motatán, Momboy, Pueblo Llano y Santo Domingo. Estos ríos abastecen de agua potable al más del 51% de la población del Estado Mérida, al 70% de los sistemas de riego del Estado, además se surte a importantes poblados y sistemas de riego de los estados Barinas, Trujillo y Zulia, destacando el Acueducto Triestatal de Torondoy. Además cabe destacar el gran número de lagunas producto del retroceso y excavación de los glaciares.Sus picos más elevados son:-Piedras Blancas (4.762 m.)-Micanón (4.676 m.)-Pan de Azúcar (4.620 m.)-Mucumana (4.586 m.)-Alto del Oso (4.566 m.)-El Salado (4.486 m.)-La Culata (4.487 m.).Esta formación montañosa al entrar en el Edo. Trujillo se divide a su vez en dos ramales, uno de los cuales da nacimiento a la Cordillera de Trujillo, mientras que el otro desaparece cerca de Motatán. Un tercer ramal, de menor importancia, es conocido como Ramal de Calderas.
http://www.angelfire.com/biz2/meridatourism/geografia.htm
Fue decretado Parque Nacional el 7 de diciembre de 1989.
Vegetacion.
Se cita el diagnóstico del área de Fe y Alegría en El Valle Grande del que se obtuvo la siguiente muestra de flora, que es representativa del piso altitudinal de 1800 - 2000 m.s.n.m en la Sierra La Culata:En total se encontraron 411 especies de plantas vasculares, perteneciendo a 197 géneros y 94 familias. La familia predominante es Orchidaceae con 81 especies, seguida por Asteraceae (29 spp.) y Piperaceae (17 spp.).Considerando solamente el componente leñoso con DAP >2,5 cm, las familias más abundantes son Melastomataceae, Asteraceae y Lauraceae. La clasificación del bosque maduro como bosque primario se cuestiona en parte por la aglomeración local de especies secundarias y por la falta parcial de Podocarpus oleifolius, el árbol más característico de los bosques montanos altos. Un análisis biogeográfico al nivel genérico reveló que el elemento neotropical prevalece con un 54,8 por ciento, seguido por el elemento pantropical con un 18,3 por ciento. En los helechos es diferente, con el elemento pantropical (41,2 %) siendo el más importante seguido por los elementos neotropicales (29,4 %) y cosmopolitas (20,6 %). . (loc. cit.) frente a 155 especies de este estudio.Esto indica probablemente que con las epifitas no influye tanto el rango altitudinal sino la superficie total muestreada, o que las epifitas se componen de especies generalistas.La extraordinaria riqueza de orquídeas se debe también a la abundancia de epifitas, la forma de crecimiento (respectivo grupo funcional) más diversa en el área (incluyendo hemiepífitas y epifitas ocasionales). El papel importante de las orquídeas en los bosques montanos húmedos tropicales ha sido comprobado en varios estudios (GENTRY & DODSON,1987; YOUNG& LEÓN, 990; KELLY& AL., 1994;BISCH, 1996). La abundancia de pteridófitas es similar a otros bosques montanos neotropicales. Aunque tienen un modo de dispersión que les permite atravesar las barreras topográficas (SMITH, 1972), las áreas montañosas representan una gran variedad de hábitats que promueven la especiación, no sólo de las plantas superiores, sino también de pteridófitas (MORAN 1995). Por una parte esto se refleja en el alto número de especies de helechos y por otra en la ausencia de especies endémicas de los Andes venezolanos (sólo tres especies se conocen únicamente de Venezuela).
Para los árboles y arbustos (DAP > 2,5 cm) de los bosques montanos neotropicales GENTRY (1995)Resumen las familias preponderantes: por debajo de los 2.500 m son las Lauráceas, Melastomatáceas, Rubiáceas, Asteraceae y Solanáceas (en orden descendiente), entre 2.500 y 2.900 m son las Lauráceas, Melastomatáceas, Asteraceae, Solanáceas y Mirsináceas, y por encima de los 3.000 m son las Asteraceae, Melastomatáceas, Ericáceas, Mirsináceas y Lauráceas. Por lo tanto, el cambio más pronunciado es hacia el último piso altitudinal, en el cual las Asteraceae y Ericáceas figuran entre los rangos más altos. Ambas familias son de igual importancia en el área de estudio, aunque la mayoría de las parcelas se ubica por debajo de los 3.000 m. Su mayor abundancia se observa en los bosques sucesionales, lo que indica su inmigración desde las fajas altas y su FAMILIAS DE FANERÓGAMAS CON MAYOR DIVERSIDAD Y UN MÍNIMO DE 10 ESPECIES

Familia Número de especiesOrchidaceae 81Asteraceae 29Piperaceae17Melastomatáceas 14Bromeliáceas 14Rubiáceas 12Solanáceas 12Ericáceas 11LauráceasSchneider, J. V., J. Gaviria & G. ZizkaEspecies pioneras o secundarias Las especies pioneras o secundarias se caracterizan generalmente por su crecimiento rápido y su heliofilía (e.g. W HITMORE , 1983; 1998). Aquí, una especie secundaria se define según su ubicación principal o única en vegetación secundaria o por su descripción como tal en la bibliografía. Por falta de una cronosecuencia dentro del bosque sucesional no es posible distinguir entre especies pioneras y especies de fases sucesionales tardías. Con respecto al gradiente altitudinal, sólo se pueden separar especies secundarias que pertenecen por lo general a la zona del bosque montano bajo (< arbusto =" hasta" o =" hasta" mediano =" 10" alto =" árbol" nt =" neotropical," pt ="pantropical," co =" cosmopolita," ma =" malayo-americano" ho =" holártico," aa =" austral-antártico," af =" afro-americano" wt =" templado">

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Fauna.
Este parque alberga alberga especies como: la lapa, el jaguar, el oso frontino, el cachicamo, la locha, el cuchi-cuchi, el cóndor de Los Andes y anfibios como el sapito niñera.
PECES: Entre 20 y 25 especies, siendo la más importantes la trucha (Salmo gairdnerii y Savelinus fontinalis) la cual es Paramera.
Aves. Ciote: pájaro negro con pecho amarillo_ copetones, golondrinas, una variedad de colibríes cola larga, pico largo, cola de hoja, aves torcazas montañeras, águilas, gavilanes, pericos y una variedad de buhos miracielo o pájaro similar a la perdiz, papatori, trigueñito y otras aves desconocidas por la ornitología, como la viuda de la montaña, airón de la especie (Pharomacrus Auricéps). El águila azul, las garzas.
LAS MARIPOSAS: Abundan en los páramos, las montañas y los jardines. Las hay azules, blancas, celestes, rojas, moradas, amarillas y algunas bien matizadas son bellas. La ronda de las mariposas es preciosa. Abundan las flores silvestres, las orquídeas montañeras son hermosas. Hay jazmines, frailejones, el huesito, rosas rojas, claveles, trinitarias, margaritas, lirios, crisantemos, además de variadas hierbas medicinales que alivian diferentes malestares. VIVORAS Y SERPIENTES DE LOS ANDES: Existe la Coral del Llano y la Coral Montañera de la especie (Micrurus Mipártitus), tigramariposá (Semipar-titus). Hay una variedad de mapanares y víboras cazadoras de la especie Bothrops (Venezolano), tarántulas polleras matacaballo de la especie (Xenestis S.P.). Algunas culebras jardineras tierreras de los géneros (atractus), (dipsastyphlops).
ORNITOLOGIA: Es muy variada la existencia de las avecillas, y loros en El Vigía y Mérida los Trogones, muy parecidas a las aves de Costa Rica y Guatemala. Aguaitacaminos, patos guariríes, perdices, tucusitos, aves cucaracheras. La piedreta de la especie (Paraulata) introducida. ANFIBIOS: Alrededor de 40 especies, ranas en su mayor parte.
REPTILES: 2,15 y 30 especies. AVES: Alrededor de 400 especies. Pero gracias a una gran labor ambiental que ha ejecutado INPARQUES, esta ave ha vuelto a surcar el cielo de nuestros páramos, a través de su reintroducción en el valle de Mifafí, Parque Nacional Sierra de La Culata. Los depredadores las matan por deporte.
MAMÍFEROS: Aproximadamente más de 60 especies, desde los grandes cérvidos y úrcidos, hasta los minúsculos roedores y murciélagos. Debe destacarse que la fauna del Sur del Lago era muy rica y variada, los depredadores acabaron con todo. Algunos especímenes están en vías de extinción por la caza indiscriminada. El más conocido es el oso frontino de la especie (Trenaretus Ornatus). • Picure de la especie: (Dasy procta punetalla sarcoraphus). • Paují Copete de Piedra: (Pauxipauxi). • La Gallina de monte. • El Rey Zamuro de la especie: (Sarcoramphus papa). • Cáchicamo Montañero de la especie: (Dasiphus Noencinsis). • Puerco Espín de la especie: (Coendou prc.hcnsilis). • Gualí de la especie: (Aburria, aburrí) • (Familia Crazidae) ó (Toph Rynerobusta). • Puma de la especie: (Steymarkil himantapuí). • Matacán o Lucho, venado pequeño (Enano) de la especie: (Mazama Rufina). • Los venados en El Vigía eran hermosos, más grandes. • La lapa paramera de la especie: (Agoutitaczanoshi). • Sapito amarillo de la especie: (Artelapus oxyrtynchs: Carbonurensis). • Musaraña paramera de la especie: (Cryptotis-Thumasi). • Tamndlla parameras de la especie: (Bolitogloss orestes). • Conejo paramero: Cenizo Pava criolla rabipelao – cuchicuchi • Alacranes y escorpiones montañeros y del llano son desconocidas por la ciencia. PUMA (FELIS CONCOLOR) Felino de mayor distribución en América, desde Canadá hasta Argentina. En Venezuela desde el nivel del mar hasta los 2.000 mts. Ágil y capaz de pasar desapercibido, el color rojizo de su pelaje le mimetiza, mide 2 mts. de largo (80 con cola) pesa más de 70 kgs. Se reproduce cada 2 años luego de una gestación de 90 días, nacen de 1 a 5 crías de piel manchada y patas negras. Rara vez ataca al ganado, sólo cuando su hábitat es destruido y le es difícil conseguir el alimento. ONZA (FELIS Y ÁGOUÁROUNDI) Gran parecido con los gatos domésticos, lo único es que es más grande en El Vigía (1.20 cm.), más de 50 cm. de cola, su coloración varía entre el gris y rojizo. Es arisco, difícil de observar y su hábitat son sabanas, selvas húmedas, bosques deciduos y áreas xerófilas, es activo tanto diurno como nocturno. Se alimenta de mamíferos, aves y reptiles que caza con mucha agilidad. La Onza está en peligro por la caza indiscriminada y la destrucción de su hábitat en vías de extinción. CACHICAMO O ARMADILLO (DACIPUS NOVENCINTUS) Ampliamente distribuido en toda América y Venezuela, se encuentra en El Vigía Torondoy y zonas boscosas, viajando solitario o en pequeños grupos. Mide casi un metro de largo, su peso puede superar los 5 kgs. De caparazón marrón claro y 9 bandas óseas, llegando en algunos hasta 11. Posee una dentadura rudimentaria comprendida por 30 dientes, con sus patas delanteras escarba en el suelo para así hacer madrigueras y consumir su alimento. De hábitat nocturno, son muy territoriales, los machos marcan dicho territorio con orina. Amenazado por la caza indiscriminada en algunos sitios, están vías de extinción. PAUJI COPETE DE PIEDRA (PAUXI PAUXI) Se dispersa por toda el área de las zonas boscosas de El Vigía y parte de Torondoy. • Búho orejudo (Búhi Virginianus) • Lechuza de Campanario (Tyo Alba) • Lechuza listada • Súrrúcúco común (Otús Choliva) • Surrucuco garganta blanca (Otús Watromi) • Parita Andina (Glasidiúm Gardini) • Aves de presa carroñeros • Oripopo (Cathartes Aura) • Zamuro (Corangis Atratus) • Gavilán abado • Gavilán cola corta • Halcón primito • Cemicalo • Ponchitas (Gallinas de monte) • Águila real • Paloma turca • Loro real • Perico Cabecirojo • Loro verde • Tangaras• Semillero capa negra • Semillero blanquinegro • Garza resnera • Garza real • Tara o Corocoro negro • Martin Pescador traqueador • Chocolatero • Cucarachero • Golondrina blanca y negro • Loro verde • Aguaita camino serrano • Azulejo • Cardenal avispera • Tucán verde • Correporsuelo • Querrequerre • Quetzal cola blanca • Guacharaca • Pava de monte • Paují de monte • Reinita • Palomita rojiza • Golondrinas
Presenta una gran variedad de recursos naturales que le confieren a sus paisajes rasgos propios, haciéndola única en la geografía de Venezuela: el carácter montañoso de los Andes se presenta como un extraordinario escenario, donde se divisan las cumbres más altas de la Sierra La Culata, o del Norte con un mosaico litológico, testigo de los períodos geológicos más antiguos hasta los recientes. Relieve que le confiere la mayor variabilidad climática de todas las regiones naturales del país, que con su escalonamiento caracterizan la singular ecología andina. Ante este medio físico geográfico, la Sierra de La Culata reúne todo un conjunto de potencialidades, aunadas a limitaciones otorgadas por su fragilidad natural, por lo que los habitantes de la Sierra deben buscar continuamente una relación armoniosa con su medio externo. El Relieve Andino se caracteriza por la transición de un relieve accidentado de montaña que está representado por las cadenas montañosas pertenecientes a la Sierra del Norte o de La Culata, con orientación de suroeste a noreste. Se caracterizan de manera general, por un relieve escarpado con pendientes fuertes que varían entre el 30 y 60%.La Geología que forma el basamento cristalino donde se asienta la Sierra, se caracteriza por encontrarse las rocas más antiguas que corresponden a la Asociación Sierra Nevada de edad posiblemente Precámbrico Superior (?), compuesta por rocas de naturaleza ígneo-metamórficas cuarzo-feldepáticas, gneisses, esquistos y rocas graníticas intrusivas. Esta unidad geológica aflora en extensas áreas de la Sierra del Norte o de La Culata. Mientras que hacia el nornoroeste de la Sierra del Norte, afloran formaciones geológicas de edad Paleozoica Superior, como son las Formaciones Sabaneta y Palmarito.Aunada a una morfología de cerros y montañas con vertientes escarpadas, que alcanzan pendientes superiores al 60% en una gran extensión de la superficie, generan procesos morfodinámicos de gran intensidad, los cuales se caracterizan por ser destructivos sobre los materiales geológicos que conforman estas vertientes y constructivos en los fondos de los valles, donde las pendientes disminuyen sustancialmente, formando un conjunto de acumulaciones cuaternarias como aluviones recientes, coluviones, terrazas, conos de deyección, coladas de barro, etc. El subsuelo donde se asienta la sierra de La Culata, está constituido por un material geológico muy heterogéneo.Las Condiciones Climáticas e Hidrológicas de la Sierra de La Culata están influenciada por la ubicación intramontana y la variación altitudinal del relieve andino que le confieren un clima fresco y agradable durante todo el año, categorizado como un Clima con temperaturas medias anuales y precipitaciones altas con un promedio anual de mm. Al igual que en el resto del país, en la Sierra de La Culata se distinguen dos temporadas: la primera es el “verano” correspondiente a un período de sequía que comprende desde el mes de Diciembre hasta Abril y la segunda es el “invierno”, período de lluvias, que se presenta desde mediados del mes de. Abril hasta noviembre, meses del año en los cuales se pueden apreciar las bellas nevadas que cubren las montañas andinas. En cuanto a la temperatura, existe una amplitud térmica diaria promedio de °C y un comportamiento de régimen medio anual isotermal, donde las variaciones medias entre los meses más fríos y más cálidos es inferior a los °C.Estas condiciones climáticas, aunadas a la presencia de fuertes pendientes y a la densa cobertura vegetal que actúa como protectora de los suelos, permiten que en la Sierra de La Culata se desarrolle una red hidrográfica densa, perteneciente a la cuenca del río Chama y la del Lago de Maracaibo.Este se caracteriza por poseer un régimen en su caudal o gasto del río bimodal con máximas en los meses de Mayo y Octubre y mínimos durante los meses de Diciembre a Febrero, comportándose en estrecha correspondencia con el régimen de lluvias o pluviométrico. Las crecidas excepcionales experimentadas por los ríos afluentes principales del río Chama, como son los ríos Mucujún y Albarregas, alcanza una frecuencia de 10 a 12 años con crecidas periódicas cada 5 años, siendo en ambos casos altamente destructivas sobre la infraestructura vial y viviendas. Por su parte, el río Chama no presenta un comportamiento cíclico de crecidas, sino que experimenta crecidas variables entre los 15 a 18 años. La última crecida de gran magnitud que se recuerda, la vivieron los merideños en el mes de Septiembre de 1973 y 1988, donde se egistraron gastos de 419,7 m3/seg. y 350 m3/seg, respectivamente (MINDUR, 1992).
La vegetación en Mérida y sus alrededores resulta ser un atractivo del paisaje andino por su variedad y abundancia, que varían desde extensas superficies cubiertas por bosques altos, densos y exuberantes a vegetación baja característica de los páramos andinos.Esta variabilidad es el resultado de una compleja inter-relación de los diferentes aspectos físicos naturales presentes en la zona, donde se conjugan la altitud (el relieve), la variabilidad de las condiciones climáticas, la exposición de las vertientes a la radiación y los vientos dominantes que presentan comportamientos distintos durante el día y la noche.


CUENCA ALTA DEL RIO LAS GONZALEZ PARAMO DE LOS CONEJOS, SIERRA DE LA CULATA MERIDA

Uno de los cuales, el Sistema de Humedales Cuenca Alta del Río las González, que se presenta en esta publicación. ¬Sistema de Humedales Cuenca Alta del Río las González, Parque Nacional Sierra de la Culata. Andes Venezolanos Caracterización General El Sistema de Humedales Cuenca Alta del Río Las González se encuentra en el Municipio Campo Elías del Estado Mérida; en la Región Andina al occidente de Venezuela, siendo la ciudad de Mérida, capital del Estado, la localidad de mayor importancia, ubicada en las proximidades del área, específicamente al sur de la cuenca.La totalidad del área (4.977,08 has o el 56,41 % de la cuenca) se encuentra dentro de los límites del Parque Nacional Sierra de La Culata (1990 - 200.400 ha) y de la Zona Protectora de la Subcuenca de la Quebrada Las González (1980 - 11.200 ha). Este Sistema de Humedales está conformado por el sector de la cuenca del río Las González localizado entre los 2.400 msnm y los 4.400 msnm que representa el límite altitudinal máximo, donde se encuentran secciones de bosque denso húmedo (selva nublada) y en mayor proporción, páramo.Clima influenciado principalmente por la convergencia intertropical y localmente por el efecto orográfico de las corrientes convectivas de aire ascendente "y húmedo que proviene del Sur del Lago de Maracaibo, a través de la cuenca del río Chama. la precipitación media anual para la cuenca es de 1.172 mm., con régimen pluviométrico bimodal, con dos picos máximos en abril-mayo y en agosto¬-octubre. En el área se presentan las zonas de vida Bosque Muy Húmedo Montano (Bmh-M), Páramo Pluvial Subandino (Pp-SA) y Tundra Pluvial Andina (Tp-A).La ocupación humana está concentrada en el fondo del valle, conformada por 26 familias, distribuidas de manera aislada unas de otras, dedicadas a la producción agropecuaria muy extensiva bajo el sistema agrícola tradicional familiar.
LOS HUMEDALES
Convención Ramsar y los antecedentes de la Estrategia Regional de Humedales Altoandinos.La Convención sobre Los Humedales es un Tratado Intergubernamental, aprobado el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, de donde viene el nombre con el que comúnmente se conoce a la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas.Este énfasis en la conservación de aves acuáticas se ha ampliado en el tiempo, con el propósito de abarcar todos los aspectos de la conservación y uso sustentable de los humedales, reconociendo que éstos son ecosistemas extremadamente importantes para la conservación de la diversidad biológica en general, y el bienestar de las comunidades humanas; por lo que el uso cada vez más difundido de "Convención sobre los Humedales", es completamente apropiado.A los efectos de esta Convención, "...son humedales las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros.Venezuela suscribe esta Convención y su Protocolo Modificatorio mediante Ley Aprobatoria publicada en Gaceta Oficial de la República N° 34.053 del16 de septiembre de 1988.La máxima instancia de coordinación, seguimiento y decisión sobre la aplicación de la Convención Ramsar es denominada Conferencia de las Partes (COP)/ que sesiona cada tres años. Tiene competencia para aplicar, hacer seguimiento y evaluar la Convención; incluir o excluir áreas de la Lista de Humedales de Importancia Internacional; hacer recomendaciones a las partes sobre la gestión de conservación de humedales; establecer vínculos con organismos internacionales y adoptar otras recomendaciones o resoluciones.Como resultado de la celebración de la COP VIII, realizada en 2002 en Valencia, España, se produjo la Resolución VIII39, que reconoce a los humedales altoandinos como ecosistemas estratégicos. En la misma, las partes se comprometieron a "...establecer programas de acción específicos para los humedales altoandinos y las cuencas que alimentan, a fin de preservar su valiosa biodiversidad, su función como reguladores del agua y como espacio de vida de muchas comunidades locales... ".Este compromiso se concretó en la estrategia Regional de Conservación y Uso Sostenible de los Humedales Altoandinos, cuyo objetivo es promover la conservación y uso sostenible de los mismos, a través de un proceso de gestión regional de largo plazo, entre los países involucrados (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina; y Costa Rica que, aunque no es un país andino, posee áreas de páramo), a fin de mantener los bienes y servicios que ellos prestan y reducir los impactos y amenazas existentes.Los principios que guían esta Estrategia son: enfoque ecosistémico, sostenibilidad, participación, respeto y reconocimiento de la diversidad cultural, integralidad y principio precautorio.Por humedales altoandinos se asume a los humedales y complejos de humedales que forman parte de los ecosistemas de páramo, jalea y puna, así como otros ecosistemas altoandinos. En el marco de la estrategia, los humedales altoandinos no son tratados como cuerpos de agua aislados, sino como complejos o sistemas de humedales y, en consecuencia, se incluyen sus micro-cuencas de captación. En este mismo sentido, la estrategia contempla las interrelaciones funcionales-ecológicas, sociales, culturales y económicas de los humedales altoandinos con sistemas satélites o asociados en otros pisos altitudinales. la idea de sistema supone la interconexión funcional entre humedales, mientras que la de complejo se refiere a una unidad armónica de paisaje que puede o no responder a un sistema.La Resolución VIII.39 exhorta a las partes a identificar más humedales altoandinos en sus territorios para ser incluidos en la lista de Humedales de Importancia Internacional. En este sentido y para atender a tal compromiso, Venezuela, como parte signataria de la Convención, inicia los trabajos destinados a la identificación de complejos y sistemas de humedales altoandinos
LA CULTURA ABORIGEN EN EL PARAMO LOS CONEJOS


CULTURA ABORIGEN EN LA EPOCA PRECOLOMBINA EN LA REGION DE MERIDA, SU INFLUENCIA EN LOS CAMINOS EN EL PARAMO DE LOS CONEJOS.
Los contenidos que se exponen interpretan los procesos de organización y evolución de la cultura aborígen en la región de los andes, principalmente en el estado Mérida en la parte de las cordilleras de Mérida (Sierras Nevadas) y de La Culata, esos aspectos socio culturales, económicos se multiplican en casi todos los andes venezolanos y seguramente ocurrieron en los espacios del páramo de Los Conejos antes de la llegada de los europeos.
EPOCA PREHISPANICA.Se incorpora el tema de la cultura aborigen Tatuy por cuanto, este grupo étnico evolucionó en la región de Mérida antes y despues de la llegada de los europeos al área. Estos grupos naturales tuvieron contacto, transferencia de cultura y de comercio entre las diferentes poblaciones establecidas en la región de Mérida y con otras comunidades que habitaron, lugares alejados de ésta con los que establecieron fuertes, continuas y estables contactactos para el comercio, como ocurrió con las relaciones establecidas con aborígenes de la región del sur del lago de Maracaibo y el pie de monte correspondiente a los llanos de Barinas y Apure, en consecuencia construyeron y mantuvieron sistemas de caminos para el logro de los fines mencionados.
Los senderos que utilizaron estas comunidades se caracterizaron por comunicar los puntos de destino empleando la líea recta y en el menor tiempo posible, por lo que, las rutas construidas por los locales se hicieron con pendientes bastante pronunciadas, en muchos tramos, consideraron poco el paso de los ríos, en esta situación, para la carga de mercancia y personas constuyeron puentes con árboles tirados sobre el barranco cubierto con musgo y tierra, o simplemente badeavan los ríos de poco cause; preferían seguir la dirección de los ríos en paralelo; emplearon la técnica de la tarabita, caja de madera que se desplazaba colgada a cuerdas, medio con el cual atravesaban los ríos torrentosos; lo mismo ocurrió con el ancho del sendero, bastante angosto, se ajustaban solo al tránsito de personas; la tecnología de puentes y empedrado fue muy pobre y poco empleada, lo anterior ocurrió debido a la ausencia en el uso de animales y de vehículos de ningún tipo, en consecuencia los caminos en su diseño y mantenimiento fueron básicos.Por restos arqueológicos, costumbres que aun hoy se pratican y la transmisión de la historia oral se conoce que en el páramo de Los Conejos se establecieron grupos humanos pertenecientes a la cultura Tatuy, según estudios de varios investigadores por lo menos 1000 años dC; el contenido que describe dicha cultura es un aporte para la compresión de los procesos culturales que se dieron en las montañas, circunscritas al páramo de Los Conejos, con anterioridad al ingreso de los europeos en su rol de conquistadores e invasores.Chalbaud, zerpa. Carlos. Historia de Mérida.Universidad de los Andes. 1997
LOS TIMOTO-CUICAS.Los aborigenes venezolanos, o sea los primitivos moradores de nuestro país, formaban grupos limitados y apartados unos de otros. Estas parcialidades se hallaban ubicadas, señaladamente, en las montañas. Se organizaban, por lo general, de manera muy sencilla, en comunidades integradas por grupos familiares o clanes. Estas tribus eran independientes las unas de las otras, sin una clara unión social, cohesión política ni uniformidad cultural, puntos que los diferenciaban de los mayas, aztecas, incas y chibchas.Los llamados Timoto-Cuicas, que serían mejor denominar Chamas o Tatuye, cuando llegaron los españoles, se encontraban en el período inicial de la barbarie, fase más evolucionada que el salvajismo, puesto que eran hábiles ceramistas, cultivaban la tierra por el sistema de terrazas o andenes; conocían el oro y se aplicaban a la orfebrería; tejían vestidos y mantas de algodón; construían casas de piedra, trazaban caminos, existía en ellos un intento de confederación de tribus, poseían santuarios para adorar a sus dioses y enterraban a sus muertos.(Tomado de los APUNTES ESTADÍSTICOS DEL EDO. GUZMÁN, Caracas.)La Cultura indígena Tatuy pobló antiguamente lo que es hoy la entidad federal del territorio merideño. Fue conquistada (invadida) por Juan Rodríguez Suárez en su expedición a las Sierras Nevadas en octubre de 1558. Posee un remotísimo origen, pues TATUY significa precisamente "lo más antiguo". De ahí viene la palabra TAITA, es decir PADRE o ABUELO que es el concepto que ellos tenían de si mismos respecto a los demás indígenas de América.Tenían un sistema de numeración decimal y un calendario, nombrado en su lengua QUIBARIO o PIEDRA PARA MEDIR EL TIEMPO, que representa un año de 360 días. El Calendario o "Quibario" Tatuy, como en sus ancestros así, pudo nombrarse, es una pequeña piedra que en su cara anterior lleva marcados 36 circulillos que representan meses de igual número de días y año de 360 días. Viene a ser el punto de contacto entre las culturas prehispánicas del Norte (Azteca y Maya) y las culturas prehispanicas del Sur (Inca). El "Quibario Tatuy" es, pues, una piedra o "quiba" que el pueblo Tatuy empleaba para contar o medir el tiempo.Del mestizaje de los tatuyes y conquistadores europeos surgió nuestra raza actual. De ahí procedemos los meridenos actuales.
Costumbres.
Vivían formando caseríos regidos por el padre de la familia principal de cada región, y a veces, por excepción, lo podía desempeñar igualmente algún guerrero famoso por su inteligencia y valentía. Los matrimonios eran endógamos, es decir, se realizaban entre individuos de la misma tribu. Su alimentación era eminentemente vegetariana y la complementaban a base de pescado. Ocasionalmente consumían carne de aves y animales de monte, así como de curies que criaban Junto a pavos domésticos. El maíz era la fuente principal de la dieta diaria. Vivían en casas o bohíos. Su vestido principal era la manta y esto por razones climáticas. Como útiles de uso doméstico podemos citar: petacas, canastas, tinajas, múcuras, budares, chorotes, totumas, carnazas y jícaras. Sus adornos consistían en águilas de oro u otros materiales, collares de quiripa (pequeñísimos discos fabricados con conchas que poseían un hueco central), piedras talladas, huesecillos, semillas vegetales y ilautos o penachos de plumas de diversos colores. Sus instrumentos musicales consistían principalmente en chirimías, guaruras, quenas, flautas, tambores y maracas.»
Agricultura.Entre los pueblos indígenas de América que tuvieron una economía propia basada principalmente en la agricultura se destaca el de raza Tatuy. El conuco constituía el centro de dicha actividad y en relación a ella desarrollaron importantes técnicas agrícolas, consistentes principalmente en andenes o catafós, esto es, terrazas de cultivo; también poseían silos para el almacenamiento de frutos. Dichos silos se denominaban mintoyes que servían al mismo tempo de sepulturas. Para el regadío se valían de estanques artificiales que ellos nombraban chimpúes o quimpúes, así como de numerosas acequias para conducir el agua a sus barbechos y conucos. La recolección de sus cosechas era por medio de convites que llamaban callapos. Predominaba entre ellos el trabajo comunitario.Los principales cultivos de los aborígenes del pueblo Tatuy fueron: Maíz, papa, frijol, batata, arracacha o apio americano, cacao, curas o aguacates, chuñes, auyamas, chirimoyas, curabas, guanábanas, guayabas, papayas, ajíes, achiote, parchita, chayota, juquián y tabaco. Posteriormente, a la llegada de los españoles, se introdujeron otros cultivos como el de la yuca dulce, café (planta originaria de Etiopia), trigo (cereal procedente de Mesopotamia), arveja (leguminosa del Sur del Caucase), cambur (proveniente del África) y caña de azúcar (gramínea del Sudeste de Asia).Productos y Comercio.Los principales productos del pueblo Tatuy fueron: Urao, chimó, cerámica (mucuras, chíriguas o chirguas, tínajas, budares, chorotes), cestería (canastos, petacas), tejidos (mantas, cabuyas, mañizas, chácaras, costales), cuero de venado, carne de venado, ornamentas de venado.Tuvieron una gran actividad comercial, tanto entre ellos mismos como con las tribus de la costa sur del Lago de Maracaibo y los aborígenes de las llanuras de Barinas y Apure. De unos y otros, a trueque por productos agrícolas, principalmente maíz y papa, obtenían sal, pescado, píeles, carnes desecadas, venenos vegetales, flechas, mañoco, guayucos y adornos. Utilizaban como monedas águilas de oro o de otros materiales, sartas de quiripa, collares de cornalinas, ovillos de algodón hilado, urao y cacao. (parte de este comercio se efectúo atravesando el páramo de Los Conejos, para ese momento la ruta más corta fue la de la meseta donde se ubica la ciudad de Mérida, atravesando la sierra la Culata, por el páramo de Los Conejos, hasta Palmarito en el lago de Maracaibo. Otras rutas fueron empleadas, de allí los numerosos caminos que encontraron los europeos en su ingreso a las montañas merideñas. Estos senderos, el conocimiento de la ecología de los altos páramos, así como de la tecnología en la construcción de viviendas, la agricultura, la cría de animales y la producción de vestidos con textiles y cuero, le permitieron la estadía en esos lugares de páramo a los locales, en su respuesta de fuga y ostraccismo ante la invasión, conquista, exterminio y esclavitud de los aborigenes en la región por parte de los europeos).
Los aborígenes del Estado Mérida probablemente tenían conocimiento desde muy antiguo de las minas de cobre de Bailadores, y es casi seguro que llegaron a explotar las minas de oro y sal existentes en Aricagua, Municipio del Distrito Libertador. De éstas dos últimas existen testimonios escritos que confirman su existencia. (Esto promovió la comunicación y el comercio entre las diferentes regiones de la cordillera y los llanos del pie de monte barines y de Apure, el traslado, atravesando el intervalle del río Chama y la sierra La Culata, permitió el contacto con las llanura anegadiza del sur del lago de Maracaibo y la gran laguna; varias rutas pasaban por el páramo de Los Conejos)
» Mitologia y Religion. Eran politeístas. Adoraban al Sol y a la Luna y creían en un Ser Supremo que denominaban Ches. Al igual que en las grandes religiones americanas, dividían a sus dioses en machos y hembras, en buenos y malos. Tenían diversas fiestas religiosas como la del "Maíz Nuevo" y "La Bajada del Ches". A veces practicaban sacrificios humanos como en la Laguna de Urao al dios de las aguas o en el "Cerro de la Guaricha" de Pueblo Llano al dios sol. Sus sacerdotes se llamaban Mohanes o Mojanes y eran a la vez adivinos y curanderos. Especial culto rendían a la Serpiente que en su lengua llamaban "Tata-Cuá" que traducido literalmente quiere decir "Madre Culebra".Creían en un diluvio universal. Sobre el origen de las lagunas se cuenta que un día salieron de la laguna de Santo Domingo un hombre y una mujer con un cántaro. A medida que llegaban a un sitio de la Cordillera dejaban caer gotas de agua que se convertían en lagunas, hasta llegar a Lagunillas, sitio que escogieron para fundar la raza, en donde el cántaro se rompió y ellos desaparecieron dejando la población y la laguna más grande. También se habla entre ellos de la existencia de un lugar encantado poseedor de maravillosas riquezas, con mucuras y pailas repletas de oro, hombres, patos y animales del mismo metal. Probablemente lo que los españoles llamaron El Dorado. Don Tulio Febres Cordero logró rescatar los siguientes mitos:-El de Las Cinco Águilas Blancas.-La Leyenda del Díctamo.-El origen de la Laguna de Urao.-La Hechicera de Mérida.»
Terminología. Mirripuyes: Parcialidad Tatuy que habitaba la región de los pueblos de El Morro y Acequias.Zuhé:Sol.Chía:Luna.Ches:El Dios del pueblo Tatuy.Urao:Mineral Sesquicarbonato de soda hidratada. Los indios lo usaban y aún se usa para fabricar chimó. Se extrae de la laguna que existe en la población de Lagunillas y que unos llaman "Laguna de Urao" y otros "Yoama".» PersonajesCARIBAY: Personaje mitológico. Se dice que fue la primera mujer entre los indios Mirripuyes que habitaban la región donde están hoy situados los pueblos de El Morro y Acequias. Caríbay era el genio de los bosques aromáticos, hija del ardiente Zuhé y la pálida Chía. Aparece en el mito "Las Cinco Águilas Blancas" de Don Tulio Febres Cordero.MISINTA: Cacique de los indios Mucuchies, bajo cuyas órdenes se levantaron en armas contra los españoles, según relato de Don Tulio Pebres Cordero en su leyenda sobre el origen de la Laguna de Urao de Lagunillas.MISTAJA: Preciosa doncella india que, inconsolable por la proximidad de la muerte de su reina, sube en secreto al Páramo de los Sacrificios y ofrenda una joya de oro macizo en figura de águila al poderoso Ches para implorar sus favores. Efectivamente es oída por el Ches y, como si despertara de un sueño, consigue, a cambio de la ofrenda, verse rodeada de una planta fresca y aromática, cuyos secretos curativos le son revelados. Toma algunos manojos de aquella prodigiosa yerba y desciende del Páramo de los Sacrificios para presentarse ante su soberana agonizante. Esta recibe la planta como una medicina del cielo y cura inmediatamente. Era la yerba de los dioses nombrada Cumarina por los indios y que de alli en adelante, en razón de esta leyenda, pasó a denominarse díctamo real. De este relato se ocupa también Don Tulio Febres Cordero en sus famosos "Mitos de Los Andes".MURACHÍ: Ágil y valeroso guerrero. Primer caudillo de las Sierras Nevadas. Apasionado amante de la princesa Tibisay. Figura en la leyenda "La Hechicera de Mérida" de Don Tulio Febres Cordero. Según dicho relato Murachi muere en combate bajo el casco de los fieros caballos del conquistador.TIBISAY: Hermosa princesa de los indios de la Sierra. Para ella eran los mejores lienzos del Mirripuy, el oro más fino de Aricagua y el plumaje del ave más rara de la montaña. Fue el gran amor del altivo y valeroso Murachi. Su belleza era tan grande y deslumbrante que los españoles la llamaron "La Hechicera", tal como hoy se sigue nombrando en su recuerdo el valle que queda al pie del Monte Zerpa y que es lugar de cita para la juventud venezolana que cursa estudios en nuestra ilustre Universidad de Los Andes. Tibisay es el personaje central de la leyenda que por tal razón Don Tulio Febres Cordero tituló precisamente "La Hechicera de Mérida".TAMANAYRE: Gentil y noble cacique que residía en La Punta, a donde fue trasladada la ciudad de Mérida por el Capitán Juan Rodríguez Suárez el 1° de noviembre de 1558, después de haberla fundado el 9 de octubre de ese mismo año en la población de San Juan, antiguo territorio de los Mucuúnes. Tamanayre es un personaje que tiene mucho que ver con el proceso histórico de nuestra actual Ciudad de los Caballeros, ya que en sus predios tuvo ésta su verdadero origen.YOAMA: La Venus de los indios de Jamuén y Mucuún de Lagunillas. Nombre dado por éstos a la Laguna de Urao que aun existe en homenaje a su diosa de la belleza.
http://www.tatuy.org/tuy_cult.php
Sus prácticas curativas estaban asociadas a las funciones religiosas y mágicas de sus sacerdotes o Mohanes. Eran expertos en la preparación de bebedizos a base de hierbas medicinales, cuyas virtudes curativas conocían a perfección. Poseían conocimientos ancestrales para reducir las lujaciones y provocar la soldadura de los huesos rotos, logrando en otros casos curaciones que hoy día sorprenderían.»
Lengua. Hablaban la lengua Mucu. Muchos de los nombres geográficos del Estado Mérida llevan esta radical: Mucuchies, Mucurubá, Mucutuy, Mucuchachí, Mucujepe, Mucujún, Mucubaji. No es correcto identificar los nombres indígenas de cada sitio, tomados a su vez como los nombres de cada tribu, con un dialecto o lengua particular. La presencia tan marcada de la radical "Mucu" en la toponimia indígena de esta región es un claro indicio de que hablaban una sola lengua ya identificada anteriormente, la cual tenia predominio sobre algunos dialectos extraños de procedencia Giro, Motilón, Guajiro o Cuica.» Mucunimia (Nombres en Lengua Mucu)La mayoría de los nombres geográficos del Estado Mérida son de procedencia indígena. En el trabajo del que es una síntesis este compendio se registraron 392 topónimos en lengua Mucu y 132 vocablos que se refieren a cosas, animales y plantas de uso actual en el habla de esta región. En muchos casos hubo intentos de sustituir los nombres indígenas por nombres españoles. Es el caso del río principal del Estado que los españoles llamaron Guadiana. Sin embargo, prevaleció la designación indígena y por eso se le dice Chama. Se da el caso también que por Ley de División Territorial de 1904 se creó la Parroquia Libertad del Distrito Libertador cuya capital se llamaba también Libertad. La reacción de sus habitantes no se hizo esperar en el sentido de que le fuera devuelto el nombre aborigen a dicha población. Y por ese motivo, la Asamblea Legislativa del Estado Mérida por Decreto del 25 de abril de 1977 restituyó dicho nombre quedando el de Municipio Canagua, Capital Canagua, Distrito Arzobispo Chacón. Son hechos que confirman la fuerza ancestral de un lenguaje perdido en la noche de los tiempos idos.»
VocabularioLa siguiente lista de palabras tiene su origen en la lengua Mucu de la Cultura Tatuy. Citamos sólo las más conocidas:Achiote: Bixa Orellana. Onoto.Ajiaco: Alimento preparado con arveja cocinada y aliñada con auyama, chayota, berenjena, papa.Arracacha: Apio americano.Budare: Tiesto hecho de barro cocido en forma circular que sirve para asar arepas.Bura: Maíz.Cariaco: Maíz de color violeta oscuro.Catabre: Cesta de caña con tapa y cargador de cabuya.Corozo: Palma.Cuca: Cajeta para guardar chuñó. En un comienzo se fabricaron de calabacitas o jicaras, fruto del Crecentía cujete, vasija o depósito al que adosaban una tapa del mismo fruto, a veces artísticamente labradas. Posteriormente se hicieron con cachos de res. Estas calabacitas o envases se llaman CUCAS -como aún hoy se les sigue diciendo, de cuca, nombre dado a la coca en idioma quichua del Perú, ya que originalmente antes del uso o aparición del chimó se emplearon para depositar la coca que nuestros indios llamaban hayo.Cucay: Vasija rústica construida con el vacio fruto de una cucurbitácea o tapara grande a la que se adosa una cubierta o tapa del mismo fruto y tres cabuyas delgadas para colgar dicho envase. Se emplea como depósito para sal, café molido, etc.Cuchute: Alimento en forma de sopa preparado con arveja tostada y molida. Antiguamente se le decía chungute.Curo: Aguacate.Curuba: Planta trepadora. Sus frutos sirven para hacer refrescos.Chacara: Bolsa de cuero.Chaguar: Rozar.Chagüe: Roza, tala, labranza.Chimó: Sustancia negra glutinosa hecha del extracto de tabaco llamado moó mezclado con urao, a veces también con ceniza, salitre, etc.Chirasté: Antiguo baile religioso de los indios Mucuchies para impetrar a la diosa de la lluvia, agua para sus sementeras.Chiba: Aparejo o red hecha de cabuya o cuero para cargar verduras, maíz, etc. Chorote: Bebida hecha de cacao recocido al que se le ha quitado la manteca. Nombre de la vasija de barro en que se cuece el cacao para hacer dicha preparación.Escotero: Suelto, sin carga.Gocho: Animal que tiene los cuernos u orejas hacia abajo. Despectivo aplicado a los habitantes de Mérida y de los Andes venezolanos en general.Hayo:Nombre de la coca entre los indios de Mérida.Laucha:Pez de agua dulce que se encuentra en quebradas y arroyos de tierra fría.Maitín: Nombre del matapalo en Mérida.Mucura:Vasija de barro. Cántaro, ánfora.Piche:Podrido, descompuesto. Dicese principalmente de lascomidas.Pichero:Encurtido, ajicero.Pichirre:Agarrado, mezquino.Pichoso:Sucio.Quinchoncho:Leguminosa:Surrucucú: Lechuza, buho.Tarabita:Aparejo de cuerdas para pasar ríos caudalosos.Tisurí:Frijol pequeño de cultivo.Topia:Cada una de las piedras con que se hace un fogón de leña. Generalmente tres topias sirven para soporte de las vasijas en dicho fogones o cocinas.Tusa:Astil de maízAndres Marquez Carrero Compendio de la Obra “Aspectos Socio-Econimicos de la Cultura Tatuy, Merida 1985, Consejo de publicaciones de la ULA.cas, 1877)ALGUNAS PALABRAS SOBRE NUESTROS INDÍGENAS. (José Ignacio Lares)Cultivaban el maíz, del que hacían la chicha... También cultivaban el algodón que hilaban y tejían para hacerse sus vestidos y los ovillos de hilo para sus sacrificios... Además en ciertos lugares de Mucuchíes, donde nunca se ha sembrado, nace espontáneamente la papa, aunque sólo con unas pequeñas proyecciones tuberculosas en sus raíces. Hoy acostumbran los Mucuchíes que viven en los páramos, comer una conserva que resulta del corazón del frailejón, después de algún tiempo de haber quemado sus hojas. Es muy presumible que el uso de este manjar un tanto dulce, pero también un tanto acibaroso, les venga de sus antepasados. Era muy común, en todos los pueblos como lo es hoy, el uso de ají, pimiento americano, sabrosa, estimulante para el apetito.Puede decirse que cada pueblo (de la Cordillera de Mérida)... hablaba un dialecto distinto; pero todos derivados del Chibcha o muisca. ¿Es poco o nada lo que puede decir de estos dialectos¡VOCABULARIO (Dialecto Mucuchíes).Cabeza QuichamDulce ChiréOrejasTimabúmCacaoSpitiBocaMacabóLenguaChiquivuPlataSaisaiHuevos ChiquipáRoca CarichnuchAnimal TicagüaPies CujúHermano cuchésMuchachoSaríHijo, HijaGuacharéPadreCruchtatPeloMichúMadreCruchmanAguaChipuéCuevaMitoyPiedraApiráCasaChimanacótTierraTiiráPapasTiguisHombre, MujerMiyoiSalChapiCerteroChiquiréBASE QUE PERMITE IDENTIFICAR LA UNIDAD CULTURAL DE LOS ABORIGENES TATUYTierra de Los Indios.En la zona de Mucuchíes, cuenca alta del río Chama, Wagner (1970, 1988) encontró en sus excavaciones un porcentaje bastante considerable de tiestos relacionados con el tipo Mirinday Pintado, perteneciente a la Fase Mirinday establecida por ella. La presencia de esta muestra cerámica en Mucuchíes nos sugiere que esta zona se convirtió en un espacio de contrastación y confrontación del uno frente al otro que permitía el mantenimiento de las relaciones interétnicas entre los grupos que ocuparon la zona.Tomando en cuenta lo anterior, compartimos la tesis de Sanoja (1986) según la cual «Las áreas de distribución de la alfarería decorada con técnicas plásticas y la de la alfarería polícroma en el norte de la región andina, parecen sugerir de una gradual ocupación de los valles bajos y el piedemonte norandino por los fabricantes de esta última y un repliegue de los fabricantes de la alfarería decorada con técnicas plásticas hacia las regiones altoandinas...» (Sanoja, 1986: 13). Las movilizaciones de los grupos hacia los Andes «... estarían dadas por los requerimientos territoriales de los cacicazgos en general, y del cacicazgo norocidental en particular. Esta necesidad de obtener territorios y de someter a los grupos que los ocupan, es intrínseca a este modo de vida, e incluso, a la formación económico social como un todo» (Vargas, 1986: 28).Todo este cuadro socio-histórico explicaría, por un lado, la influencia del Arawak que presenta la lengua Timote, según el análisis sobre la fonética y morfosintaxis del Timote realizado por Arrieta (1992) y, por el otro, la presencia a nivel geográfico de diferencias léxicas de los grupos que hemos considerado como pertenecientes a la lengua Timote en la región de Mérida. Para el Timote hemos determinado la presencia de los radicales /mu/ y /mo/ como característico de la lengua, así como una variación entre la frecuencia de uno y otro que reflejaría la presencia de dialectos locales pertenecientes a dicha lengua y que estaría reflejando diferencias a nivel de la conformación de grupos étnicos dentro de un mismo territorio.La otra oleada poblacional a la cordillera tiene que ver con poblaciones que penetran desde la zona sur-occidental del Lago de Maracaibo en una época anterior al siglo V de nuestra era. Este grupo étnico se corresponde arqueológicamente con la «Fase Chiguará» (Sanoja y Vargas 1967), «Llano Seco» (Ramos 1990), «Estanquez» (Gordones 1995), en la cuenca baja del río Chama y «La Matica», en la cuenca baja del río Mocotíes.Desde el punto de vista arqueológico estos sitios se caracterizan, por un lado, por una cerámica que presenta una decoración plástica con incisiones lineales que en su conjunto forman motivos geométricos, apliques antropomorfos en los bordes de las vasijas, pintura roja en los bordes y labios de las piezas; por la presencia de entierros secundarios en urnas funerarias con apliques antropomorfos y entierros directos flexionados; y por el otro, por una ausencia de vasijas trípodes, figurinas antropomorfas y entierros en cámaras funerarias, elementos característicos en la zona alto andina de Mérida y Trujillo.Los materiales cerámicos y las formas de enterramientos reportados para estos sitios nos permiten establecer relaciones de estos contextos arqueológicos merideños con la Fase Onia y Fase Zancudo de la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo, más específicamente con los tipos Zancudo Rojo, Ranchón Naranja, Zancudo Blanco (Sanoja y Vargas 1967, 1970; Sanoja 1969; Vargas 1990), Chiguará, Llano Seco, Estanquez y La Matica, en la cordillera de Mérida, comparten con Zancudo Rojo, Ranchón Naranja, Zancudo Blanco y Zancudo Alisado el antiplástico de arena, el predominio de la decoración plástica basada en líneas incisas, el punteado, la aplicación de figuras antropomorfas y zoomorfas en la parte externa de las vasijas, los entierros secundarios en urnas y la presencia de pintura roja combinada con decoración plástica.La presencia de urnas funerarias desgrasadas con arena y apliques antropomorfos, es un aspecto sumamente importante en la relación existente entre los materiales arqueológicos de Llano Seco cuya cerámica guarda estrecha relación con la cerámica de Chiguará, Estanquez y La Matica, con los sitios ubicados en la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo (Sanoja 1968; Sanoja y Vargas 1970; Gordones 1995). Las urnas funerarias con desgrasante de arena, también han sido reportadas, para los sitios de Zancudo (Sanoja 1968) y el Diluvio (Arvelo y Wagner 1986) en la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo.Según Vargas, la Fase Oniatiene correspondencia con la penetración de grupos Barí en la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo. Onia tiene una ocupación que abarca desde 1000 d. C. hasta 1630 d. C. Las evidencias sugieren la existencia de viviendas multifamiliares, además la existencia de vasijas de forma cónica de cuello alto y bases recubiertas con arcilla e impresiones de tejidos, le permiten establecer una relación directa con las viviendas multifamiliares, con las formas de vasijas y elaboración de tejidos de los grupos Barí actuales (Vargas 1990).
Lo que hoy se conoce como el Estado Mérida, fue asiento de la civilización Tatuy conformada por varias comunidades indígenas, entre las más numerosas sobresalían Los Timotes, Mucuchies, Mucujunes, Mocanareyes, Macacteas, Tateyes y Tabayes.Eran hombres pacíficos y sedentarios de baja estatura, de cortas extremidades, cráneo mediano, cabello largo y lacio, frente estrecha, barba lampiña, color de tez broncinea y pómulos salientes. Hábiles agricultores con gran sentido ecológico, cultivaban yuca dulce, maíz, frijoles, quinchonchos, tisuríes, arracanchas, malangá, ahuyamas, zapallos, ajíes, piñas, chirimoyas; con el tabaco preparaban chimó, utilizaban el cacao para hacer el chorote y con el algodón confeccionaban mantas y velas. Domesticaban aves como el paují, tórtolas, guacharacas, pava de monte, pájaros canoros, picures y acures. Mantenían una dieta pobre en proteínas, lípidos y hortalizas, aunque consumían gran cantidad de féculas.Se agrupaban en pequeños pueblos con casas de piedra, bahareque y techos de paja. Dedicados a la cestería y cerámica utilitaria, usaban amuletos de piedra y adoraban ídolos de piedra y barro. Se caracterizaban por ser poco amantes de la música, aunque realizaban ceremonias a sus deidades con rituales de pantonímias y danzas con acompañamiento de instrumentos musicales como maracas y flautas. Hablaban la lengua Mucu, su calendario se basaba en 360 días y empleaban el sistema de numeración decimal.
http://www.merida.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=95:merida-de-venezuela&catid=51:conoce-merida&Itemid=72


TATUY RAZA ABORIGEN DEL ESTADO MERIDA

El siguiente es un compendio del libro Aspectos Socio-económicos de la cultura Tatuy, por el Prof. Andrés Márquez Carrero, "Orígenes Merideños II: Aspectos socio-económicos de la cultura tatuy".
Este breve resumen de dicha obra tiene como finalidad despertar el interés general de la población merideña sobre el conocimiento de sus orígenes precolombinos.
Ubicación.

Posee un remontísimo origen, pues Tatuy significa precisamente "Lo más antíguo". De ahí viene la palabra Taita, es decir padre o abuelo que es el concepto que ellos tenían de si mismos respecto a los demás indígenas de América. Hacia las llanuras de Barinas y Apure, por el Sur, colindaban con los Giros de estirpe Caribe. Por el Este, con los cuicas de Trujillo, por el Oeste con los Motilones y otras etnias del Estado Táchira. Por el Norte, los Tucaníes, Bobures, Quiriquires y otras tribus de la Costa Sur del Lago de Maracaibo.

Tenían un sistema de numeración decimal y un calendario nombrado en su lengua Quibaro o Piedra para medir el tiempo, que representaba un año de 360 días. Del mestizaje de los Tatuyes y conquistadores europeos surgió la actual raza de los andes de Mérida en Venezuela. De ahí proceden los merideños.
Lengua.

Hablaban la lengua Mucu. Muchos de los nombres geográficos del Estado Mérida llevan este radical: Mucuchíes, Mucurubá, Mucutuy, Mucuchachí, Mucujepe, Mucujún, Mucubají. No es correcto identificar los nombres indígenas de cada sitio tomados a su vez como los nombres de cada tribu, con un dialecto o lengua particular. La presencia tan marcada de la radical Mucu en la toponimia indígena de esta región es un claro indicio de que hablaban una sola lengua ya identificada anteriormente, la cual tenía predominio sobre algunos dialectos de procedencia Giro, Motilón, Guajiro o Cuica.
Religión.

Eran politeistas. Adoraban al Sol y a la Luna y creían en un Ser Supremo que denominaban Ches. Al igual que en las grandes religiones americanas, dividían a sus dioses en machos y hembras, en buenos y malos. Tenían diversas fiestas religiosas, como la de Maíz Nuevo y la Bajada del Ches. A veces practicaban sacrificios humanos como en la Laguna de Urao o en el Cerro le Guaricha de Pueblo Llano al dios sol. Sus sacerdotes se llamaban Mohanes o Mojanes y eran a la vez adivinos y curanderos. Especial culto rendían a la Serpiente que en su lengua llamaban Tatá-Cuá que traducido literalmente quiere decir Madre Culebra.


Agricultura.

Entre los pueblos Indígenas de América que tuvieron una economía propia basada en la agricultura se destaca el de raza Tatuy. El conuco constituía el centro de dicha actividad y en relación a ella desarrollaron importantes técnicas agrícolas, consistentes principalmente en andenes o catafós, esto es, terrazas de cultivo: también poseían silos para el almacenamiento de los frutos. Dichos silos se denominaban minyotes que servían al mismo tiempo de sepulturas. Para el regadío se valían de estanques artificiales que ellos nombraban chimpúes o quimpúes, así como de numerosas acequias para conducir el agua a sus barbechos y conucos. La recolección de sus cosechas era por medio de convites que llamaban callapas. Cultivaban maíz, papa, frijol, batata, arracha o apio americano, cacao, curas o aguacates, churíes, auyamas, chirimiyas, curubas, guanábanas, guayabas, papayas, ajíes, achioote, parchita, chayota, juquián y tabaco. Posteriormente a la llegada de los españoles, se introdujeron otros cultivos como el de la yuca dulce, café (originario de Etiopía), arveja (Leguminosa del Sur del Cáucaso), cambur (provenientes de África), y caña de azúcar (Gramínea del Sudeste de Asia).
Costumbres.
Vivían formando caseríos gobernados por un jefe o principal nombrado cacique, cargo éste que correspondía al padre de la familia principal de cada región y a veces, por excepción, lo podía desempeñar igualmente algún guerrero famoso por su inteligencia y valentía.
Su alimentación era eminentemente vegetariana y la complementaban a base de pescado. Consumían carne de aves y animales de monte, así como de curíes que críaban junto a pavos domésticos, el maíz era la fuente principal del la dieta diaria. Vivían en casas o bohíos, su vestido principal era la manta. Como útiles de usos domésticos podemos citar: pecetas, canastas, tinajas, múcuras, budares, chorotes, totumas, camazas y jícaras. Sus adornos consistían en águilas de oro u tros materiales, collares de quiripa (pequeños discos fabricados con conchas que poseían un hueco central), piedras talladas, huesecillos, semillas vegetales y llautos o penachos de plumas de diversos colores. Sus instrumentos musicales consistían principalmente en chirimías, guaruras, quenas, flautas, tambores y maracas.
Producción

Los principales productos del pueblo Tatuy fueron: Urao, chimó, cerámica (múcuras, chiriguas o chirguas, tinajas, buadres, chorotes...) cestería (canastos, petacas...) tejidos (mantas, cabuyas, maruzas, chácaras, costales...)


Comercio.
Tuvieron una gran actividad comercial, tanto entre ellos mismos como con las tribus de la costa sur del Lago de Maracaibo y los aborígenes de las llanuras de Barinas y Apure, con el trueque por productos agrícolas, principalmente maíz y papa, obtenían sal, pescado, pieles, carnes desecadas, venenos vegetales, flechas, mañoco, guayucos y adornos.Utilizaban como monedas águilas de oro o de otros materiales, sartas de quiripa, collares de cornalinas, ovillos de algodón hilado, urao y cacao.
Medicina.

Sus prácticas curativas estaban asociadas a las funciones religiosas y mágicas de sus sacerdotes o mohanes. Eran expertos en la preparación de bebedizos a base de hierbas medicinales, cuyas virtudes curativas conocían a perfección. Poseían conocimientos ancestrales para reducir las lujaciones y provocar la soldadura de los huesos rotos, logrando en otros casos curaciones que hoy día sorprenderían.
Mitología. Creían en el diluvio universal. Sobre el origen de las lagunas se cuenta que un día salieron de la Laguna de Santo Domingo un hombre y una mujer con un cántaro. A medida que llegaban a un sitio de la Cordillera dejaban caer gotas de agua que se convertían en lagunas, hasta llegar a Lagunillas, sitio que escogieron para fundar su raza, en donde el Cántaro se rompió y ellos desaparecieron dejando la población y la laguna más grande.También se habla entre ellos de la existencia de un lugar encantado poseedor de maravillosas riquezas, con múcuras y pailas repletas de oro, hombres, patos y animales del mismo metal.

Se transcribe un conjunto de trabajos efectuados por investigadores en distintos tiempos, que aportan luces para entender lo relacionado con el tema del asentamiento de grupos aborígenes en el páramo de Los Conejos, en la etapa precolombina. Las investigaciones explican el asentamiento y evolución de las comunidad aborigen, en lo que hoy es el territorio del estado Mérida, las investigaciones contextualizadas explican la posibilidad, con bastante certeza, de probar la existencia de asentamientos de grupos humanos en las montañas del páramo en estudio, con base a lo anterior, se cita el trabajo de Eaglee, esta investigadora fija fecha de por lo menos en trescientos años antes de la llegada de los españoles a la región, la presencia y detección de actividades por grupos étnicos locales en la zona.
Otros argumentos que consolidan la hipótesis de la manifestación de grupos locales en este páramo, es el trabajo de estudiosos sobre los circuitos comerciales que ocurrían en esas montañas antes de la llegada del europeo a los andes venezolanos, circuitos que se verifican con la existencia de los caminos construidos por los indígenas, los que fueron empleados por los conquistadores, debidamente descritos en las cronicas de viajeros y autoridades de la época.
Uno de los circuitos comerciales principales atravesaba el páramo de Los Conejos, a través de éste, se comerciaba pescado seco, sal, cacao proveniente del lago de Maracaibo y el mar Caribe; por su parte las montañas facilitaban a los grupos del sur del lago de Maracaibo y costas del Zulia: chimo, urao, tabaco, papa, tubérculos, carne de venado, piel de venado, maíz, chimó, cerámica, etc.
Otros argumentos que respaldan la propuesta de la existencia de asentamientos aborígenes en el páramo de Los Conejos en la época precolombina, es la consideración sobre el que, otras concentraciones de grupos aborigenes se situaron en lugares a la misma altura en áreas de la sierra La Culata, con las mismas caracteristícas ecológicas a las del páramo Los Conejos, Gavidia, Apartaderos, Misintá, etc, progresando de forma exitosa hasta nuestros días. En este mismo orden de ideas, en el área media y baja del valle del río Chama se concentraba el mayor número de agrupaciones aborígenes a la llegada del europeo, por lo que, ocurría, como quedó demostrado en diversas investigaciones y crónicas, el comercio entre estos grupos humanos con los del Sur del Lago de Maracaibo y costas del Zulia, de allí que, el valle del río Las González, en el páramo de Los Conejos constituyó hasta bien avanzado los años mil ochocientos, un nódulo importante del circuito comercial mencionado.

Propiedad comunal indígena y posesión comunera campesina en Mérida,
Venezuela, siglo XIX.
Edda O. Samudio A.
Universidad de Los Andes
Mérida-Venezuela

El estudio se centra en el análisis de dos modalidades de propiedad de la tierra que estuvieron presentes en Mérida el siglo XIX. Se plantea el proceso por el cual, en nombre de los postulados liberales, se legisló la liquidación de la propiedad comunal indígena, mediante el reparto de sus resguardos, mientras por otra parte, se consolida y fundamenta jurídicamente la propiedad o posesión comunera, con limitaciones en cuanto a su perdurabilidad. Se estudia comparativamente las características y comportamiento de ambas modalidades de tenencia, con la constante manifestación del dilema individuo y comunidad, que propugnaba la eliminación de la propiedad colectiva, característica relevante de la política agraria del siglo XIX.

2−. ¿De que forma utilizaron los indígenas venezolanos los recursos naturales?
2.1Las comunidades Indígenas y el uso de las aguas
En el desarrollo de las comunidades indígenas ocupó un lugar determinante el uso del agua. Las aldeas indígenas se ubicaron en las riberas de los ríos, debido a las facilidades para obtener agua y pescar, descubrieron la utilidad del agua para la irrigación de las tierras en los cultivos. Después construyeron sistemas de riego, embalses para almacenar el agua y canales para llevar el agua al estanque. De esta manera, aprendieron a utilizar el agua de una manera racional y obtener mayores beneficios de ella.
2−2 Las comunidades indígenas y el uso de los bosques y selvas.
Los grupos indígenas también utilizaron en forma racional algunos recursos de los bosques y selvas. Obtenían la madera y las fibras necesarias para la construcción de utensilios de trabajo, viviendas y embarcaciones. Con las fibras vegetales desarrollaron las tenerías para elaborar vestidos, hamacas, cestas y chinchorros.
Los grupos indígenas que se establecieron en las montañas se destacaron en la caza de animales silvestres como el venado, la lapa, el conejo, las aves. De estos animales, utilizaron la carne en la alimentación; la piel para cubrirse, las plumas como ornamento y los huesos para elaborar objetos. Aprendieron a utilizar el barro para la elaboración de utensilios domésticos y objetos decorativos.
Aprendieron a explotar el suelo para obtener un mayor beneficio en los cultivos. Realizaban siembras en surcos para facilitar el riego, y emplearon la roza y la quema. Cultivaron plantas alimenticias como la yuca, el maíz y plantas textiles como el algodón, con cuya fibra confeccionaron sus vestidos.
3−. Evolución cultural de los aborígenes venezolanos que practicaron el uso y la explotación de los recursos naturales.


Boletín Antropológico. Año 22, Nº 60, Enero-Abril 2004,ISSN: 1325-2610. Universidad de Los Andes. Mérida.
El poblamiento prehispánico de la Cordillera Andina de Mérida-Venezuela

En el artículo se exponen las propuestas que elaboraron en distintas épocas diversos/as intelectuales venezolanos/as en torno al origen étnico de los antiguos habitantes de la cordillera andina de Mérida-Venezuela para proponer, a partir de las evidencias arqueológicas y de los toponímicos y antroponímicos presentes en los documentos de los siglos XVI y XVII, un nuevo modelo que explique el poblamiento y el origen étnico de los habitantes prehispánicos de Los Andes merideños.
Gladys Gordones Rojas
Lino Meneses Pacheco
Gladys Gordones y Lino Meneses. El poblamiento prehispánico de la Cordillera ... pp. 37-71.

Boletín Antropológico. Año 22, Nº 60,Enero-Abril 2004,ISSN: 1325 -2610. Universidad de Los Andes. Mérida.
Planteamientos de los pioneros
La inquietud por descifrar quiénes eran los antiguos grupos étnicos que habitaron los andes merideños se remonta a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, época que marca los inicios de la ciencia antropológica en Venezuela. Los trabajos de José Ignacio Lares (1950), Adolfo Ernst (1913), Gaspar Marcano (1971), Julio César Salas (1971- 1997) y Alfredo Jahn (1973), muestran un incesante empeño por esclarecer los orígenes étnicos de los antiguos habitantes de la Cordillera. José Ignacio Lares escribió en el año 1883 la obra: «Etnografía del Estado Mérida» (1950), para exponer su tesis sobre las primeras razas que poblaron la Cordillera Andina de Mérida que «Con frecuencia se han llamado Muiscas los pueblos indígenas que habitaban la antigua provincia formada de Táchira y Mérida» (Lares, 1950: 13). Según Lares, había en la Cordillera merideña una multitud de pueblos más o menos populosos con distintos nombres que se adjuntaban bajo la denominación de Timotes y que eran gobernados cada uno por un cacique (Lares, 1950).

«Los Timotes, pues que así los llamaré, tenían por confinantes los pueblos siguientes: al norte, o sea sobre las orillas del Lago, los Bobures y Motilones; al sur sobre el arranque de los llanos, los Toboros, Caros y Coyones. Al Oeste los Mombures y Aviamas del Táchira, dependientes o confinantes de los Chitareros; y al Este la nación de Cuicas, que, compuesta de pueblos de distintos nombres, habitaban lo que es hoy Estado Trujillo. Los límites que tenían señalados entre sí, los Timotes y Cuicas, son precisamente los mismos que dividen hoy los estados Mérida y Trujillo.» (Lares, 1950: 14).
Por otro lado, Adolfo Ernst en sus «Apuntes para la Etnografía Precolombina de la Cordillera de los Andes» plantea, a diferencia de Lares, y a partir del análisis de algunas piezas arqueológicas y del vocabulario compilado por el primero, que los habitantes precolombinos de la cordillera de Mérida pertenecían al «... grupo étnico cuyo centro fue la altiplanicie de Cundinamarca, y así no es extraño que se encuentren también en los santuarios de Mérida y Trujillo numerosas figuras de ranas hechas deserpentina, puesto que entre los chibchas la rana era símbolo de la benéfica.
Gladys Gordones y Lino Meneses. El poblamiento prehispánico de la Cordillera ... pp. 37-71.
diosa que en la lluvia daba a la tierra nueva fertilidad, y nuevas cosechas al hombre.» (Ernst, 1913: 791).
Entre los años 1890 y 1891 Gaspar Marcano publica en el Bulletin de la Société D’ Anthropologie de Paris, la etnografía precolombina de Venezuela relacionada con los indios Piaroas, Guahibos, Goajiros, Cuicas y Timotes. A partir del análisis de restos óseos y de piezas arqueológicas de cerámica y lítica, se pregunta qué nombre tenían los habitantes precolombinos de Mérida y señala que «... En Mucuchíes habrían residido los indios del mismo nombre; en Burrero los Cuicas.... el señor Lares sostiene que timotes es la designación colectiva que convendría aplicar a todas las tribus precolombinas que han habitado la Cordillera de Mérida hasta el valle de Motatán. Los timotes se subdividían en veintiocho tribus...» (Marcano, 1971: 305).
En el mismo debate de José Ignacio Lares, Julio César Salas propone que el territorio que actualmente ocupa el estado Mérida estaba habitado, entre otras, por una familia indígena llamada «Chama» (Salas, 1971). Según Salas «La familia indígena que convencionalmente apellidamos Chama la componen un multitud de tribus independientes que para la época de la conquista habitaban el territorio del actual estado Mérida de Venezuela, naciones que poseían unas mismas costumbres y nexos muy estrechos entre sus diferentes lenguas; afirmación esta última que se basa en la identidad de nombres geográficos, en los cuales predomina una sola radical.» (Salas, 1971: 143).
Posteriormente, Salas en su obra «Etnografía de Venezuela» (1997), indica que «En otra parte denominamos Chamas a los aborígenes de Venezuela de suave natural del estado Mérida, nombre convencional del nombre indígena del río cuya cuenca están situadas casi todas las tribus en cuya toponimia es superabundante la radical Mucu, pero en atención a que las tribus Tucanes, Torondoyes y las varias que comprende la nación Timotes, tienen también en su toponimia la radical Mucu y quedarían fuera de aquella denominación, por pertenecer a otras hoyas hidrográficas, creemos más comprensivo para todas estas tribus de suave natural de Mérida el nombre de Indios Mucus...» (Salas, 1997: 14).
Para Julio César Salas existían en la Cordillera Andina de Mérida
diversos grupos étnicos con distintas parcialidades (Salas, 1997). El mapa étnico de Mérida estaba integrado, según Salas por:
1. Los indios Mucus que se localizaban en las Cuencas del río Chama, Motatán y Torondoy (Salas, 1997).
2. Los indios Giros o Giraharas ubicados hacia el extremo de la cordillera de Mérida que vierte hacia los Llanos de Barinas a través de las aguas de los ríos Canaguá, Caparo, etc., y hacia la zona de Bailadores y Guaraque (Salas, 1997).
3. Los indios Quiriquires o Güigüires y Motilones que vivían hacia las tierras del sur del Lago de Maracaibo (Salas, 1997).
Por su parte Alfredo Jahn (1973) plantea la existencia de un solo grupo denominado Timote para toda la región de los Andes Venezolanos.
Este planteamiento se sustentaba en el hecho de que «Los Kuikas o sea los aborígenes trujillanos, hablaban la misma lengua que sus vecinos occidentales, los merideños y por esta razón debemos considerarlos como miembros de la gran nación Timote, pobladora de toda nuestra región andina de Trujillo y Mérida» (Jahn, 1973: 87). «... la lengua Timote y todos sus dialectos de Trujillo y Mérida forman un grupo aparte que no tiene cabida en ninguno de los grupos lingüísticos establecidos» (Jahn, 1973: 114).
De igual forma, expone que «El contacto en que vivían Aruacos y Timotes, en lo que corresponde a Mérida, ha debido ser la causa de las concordancias lingüísticas que algunos autores han denunciado entre ambas lenguas» (Jahn, 1973: 137).
Miguel Acosta Saignes, define a partir de las características lingüísticas y culturales el «Área de los Andes Venezolanos» como una «...prolongación, dentro del territorio venezolano, de las culturas andinas,representadas por los Timoto-Cuicas» (Acosta Saignes, 1954: 67).
Los nuevos planteamientos
La definición de Timote es la que ha sido utilizada con mayor frecuencia para referirse a los antiguos pobladores de Los Andes merideños. Al respecto Jorge Mosonyi considera muy probable la hipótesis de Jahn sobre la existencia de una sola lengua denominada Timote que «... hasta donde se sabe hoy en día era lingüísticamente autóctona no formaba parte de los Arawacos, ni de los Caribes, ni de los Chibchas...»
(Mosonyi, 1986: 35). Los hermanos Mosonyi plantean que: «En Los Andes venezolanos, particularmente en la zona de Mérida y Trujillo, tenían su asiento los pueblos timoto-cuicas, los cuales, hasta donde se sabe hoy en día, eran lingüísticamente autónomos, y no formaban parte de los arahuacos, ni de los caribes, ni de los chibchas, aunque guardaban afinidades culturales y económicas con estos últimos.» (Mosonyi, E. y Jorge M., 1999: 54).

Para Jacqueline Clarac de Briceño «... la generalización del nombre Timotes no tiene ninguna base (...)Los documentos que consultamos no indican jamás un nombre que pudiera servir de base para clasificar genéricamente a los indios andinos.» (Clarac, 1985: 46). En este orden de ideas, propone de acuerdo con Salas, el nombre de Mucu-Chama para el grupo étnico que ocupó los territorios que hoy conforman el estado Mérida (Clarac, 1985).
Los Mucu-Chamas, según Clarac de Briceño, «... ocupaban la región que conocemos en la actualidad como estado Mérida, y cuyos principales centros prehispánicos fueron aparentemente Zamu, Macaria (o Mucuria?), Chama, Mucuchíes y Timotes» (Clarac, 1985: 50). Ahora bien, Clarac apunta que «Podríamos clasificar también conjuntamente a los Cuicas y a los Mucu-Chamas, pues ... pertenecían todos a una misma cultura con pocas variantes...» (Clarac, 1985: 50).
Recientemente, Clarac propone para la «...sociedad que precedió durante varios siglos en la cordillera de Mérida el nombre de Tha-Ku’wa que le dan hoy los Tunebos colombianos, o el de «Mu-Cu» que los propios habitantes utilizaron con tanta frecuencia para referirse a sí mismos y a su tierra» (Clarac, 1996: 27).
En 1996, plantea ella que la población de la Cordillera se constituyó en el devenir del tiempo por diversas oleadas migratorias. La primera, según su hipótesis, fue un grupo instalado desde un tiempo indeterminado cuya historia es poco conocida. El segundo grupo étnico llegó, según Clarac, al comienzo de nuestra era; por su cultura, religión, patrones funerarios, técnicas agrícolas y mitología puede ser ubicado en la cultura chibcha, siendo la población actual de la Cordillera de Mérida descendiente de ésta. Un tercer grupo relacionado con la cultura arawak llegó más tarde hacia el siglo IX de nuestra era (Clarac, 1996).
Para Clarac «El nombre del segundo grupo habría sido U’wa (nombre también de la «tijereta» que es un tipo de golondrina) (....) según la mitología tuneba (grupo chibcha actual) acerca de los orígenes y migración de sus antepasados (...), los tunebos habrían migrado a Colombia saliendo de la Cordillera de Mérida a la cual llaman todavía en su lengua (tronco chibcha) «La Mujer Joven del Sol...» (Clarac, 1996: 26). Basada en Ann Osborn (1985), sugiere que «El nombre particular del grupo de Mérida habría sido «THAKUWA» o THA-K-U`WA, lo que significaría en tunebo «Gente Mayor» o «Gente hacia atrás»...» (Clarac, 1996: 26).
Sobre esta discusión, la perspectiva arqueológica en sus inicios ha aportado muy poco, debido a que la mayoría de los trabajos han estado orientados a la descripción de los materiales arqueológicos. Los primeros trabajos arqueológicos sistemáticos se inician en los años cuarenta del siglo XX con las investigaciones de Alfred Kidder II (1944), Cornelius Osgood y George Howard (1943) y J. M. Cruxent (1982). Con estos trabajos se realizan, en el caso de la Cordillera de Mérida, por primera vez, construcciones tipológicas y estilísticas del material arqueológico.
En el año 1948, José María Cruxent trabajó un sitio de habitación prehispánico en la Cuenca Alta del río Chama, en Chipepe, Mocao Bajo, Mucuchíes. Cruxent localizó un mintoy superficial y 224 tiestos cerámicos aflorados que posteriormente le sirvieron para postular junto con Irving Rouse el Estilo Chipepe (Cruxent y Rouse, 1982). Según estos autores, el Estilo Chipepe está relacionado con el Estilo Mirinday del estado Trujillo, perteneciente al horizonte Tierroide; sobre la base de esta comparación lo incluyen cronológicamente en el período IV. (Cruxent y Rouse, 1982).
A finales de los años sesenta del siglo XX, la cordillera Andina de Mérida es comenzada a estudiar sistemáticamente a través de proyectos arqueológicos adelantados por Erika Wagner (1970 y 1980) e Iraida Vargas y Mario Sanoja (1967, 1969). Los proyectos de investigación van a suministrar datos importantes para la comprensión de la dinámica étnica de la cordillera en tiempos prehispánicos.
En el marco del Proyecto «Arqueología del Occidente de Venezuela» (Sanoja y Vargas 1967, 1969 y 1970), Iraida Vargas realiza investigaciones arqueológicas en la localidad de Tabay, más específicamente en el sitio de San Gerónimo, que es tipificado por ella como un sitio de habitación que se remonta, según las fechas radiocarbónicas obtenidas, entre 970 a 1310 años después de Cristo (Vargas , 1969).

La tradición plástica presente en San Gerónimo está relacionada:
«Hacia el norte (Trujillo y Lara), existían con anterioridad (....), otras fases posiblemente pertenecientes a la misma tradición plástica. La Fase Miquimú (Wagner, 1967, R.C. 650 D. C.), comparte con San Jerónimo las vasijas trípodes del tipo incensario, las vasijas globulares o subglobulares trípodes de patas sólidas, las asas acintadas de sección circular, las asas festoneadas de sección oval, así como las cadenetas incisas, las tiras de arcilla aplicadas onduladas y los pectorales de piedra». Igualmente Vargas plantea que «La tradición plástica de la cual San Gerónimo parece formar parte,debe haber persistido hasta períodos muy tardíos lo cual se evidencia por la presencia de elementos característicos de esta tradición mezclados con cerámica polícroma en el Chao y Mirinday, Fase Mirinday (Wagner, R.C. 1350 D.C) y en Carache (Kidder II, 1944), Guadalupe (Sanoja, 1963),etc.» (Vargas, 1969: 124).
Simultáneamente al trabajo de San Gerónimo realizado por Vargas, Mario Sanoja realiza excavaciones arqueológicas en la localidad de Chiguará, obteniendo material cerámico considerable y enterramientos en urnas funerarias (Sanoja y Vargas, 1967).
Para Sanoja y Vargas existen diferencias entre la Fase Chiguará y la Fase San Gerónimo, ya que la primera se vincula más con los sitios arqueológicos ubicados hacia el Sur del Lago de Maracaibo (Sanoja y Vargas, 1967: 42).
A finales de 1967 y comienzos de 1968, Erika Wagner excava los sitios de La Era Nueva y Mocao Alto en Mucuchíes, cuenca alta del río Chama (Wagner, 1970 y 1980). La Era Nueva fue considerado como un sitio de habitación y Mocao Alto fue catalogado por Wagner como un sitio de habitación asociado a un cementerio y un taller de placas aladas, remontándose ambos sitios, según fechas radiocarbónicas obtenidas de estas excavaciones, a un período de ocupación que oscila entre 450 y 1120 años antes del presente, es decir período IV (1150-1500 D.C) de la cronología regional de Cruxent y Rouse (Wagner, 1970).
Según Wagner «... El material arqueológico de los yacimientos de Chipepe, San Gerónimo, El Mocao Alto y La Era Nueva es lo suficientemente similar como para considerar que es producto de un solo grupo humano y lo hemos asignado a la fase Mucuchíes...» (Wagner 1970: 181). «La fase Mucuchíes comparte una serie de rasgos con otras fases dentro y fuera deVenezuela. Así notamos similitudes con Mirinday, Betijoque, La Mulera, Dabajuro y Tierra de los Indios del occidente de Venezuela. Mucuchíes también comparte una serie de rasgos con la fase Miquimú del área de Carache (cerámica tosca y la presencia de «alas de murciélago»). Cronológicamente, Miquimú es anterior a Mucuchíes (período III) y es muy probable que Mucuchíes recibió influencias del área de Carache...» (Wagner, 1970: 183).
Planteamientos arqueológicos recientes
A partir de los años ochenta del siglo XX el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez de la Universidad de Los Andes empieza a desarrollar con intensidad las investigaciones arqueológicas en el área metropolitana de la ciudad de Mérida, en la cuenca alta del río Chama y en Lagunillas, en la cuenca media del mismo río (Niño,1988; Ramos 1990;Gordones y Meneses 1992; Meneses y Gordones 1993; Gordones, 1995).
Por un lado, las excavaciones arqueológicas en el área metropolitana de la ciudad de Mérida, más específicamente en Loma de la Virgen (Ramos 1988a) Loma de San Rafael (Ramos,1988b) y la Hacienda San Antonio (Gordones y Meneses 1992) en La Pedregosa, Cerro las Flores (Niño 1988a, 1988b) en la Hechicera; y por el otro, en Escagüey (Niño 1990) y Mucurubá (Meneses y Gordones 1993), en la cuenca alta del río Chama, permitieron documentar y complementar las evidencias arqueológicas presentes en San Gerónimo (Vargas 1969) y Mocao Alto (Wagner 1970) que mencionamos en líneas anteriores.
Las excavaciones arqueológicas en el sitio de Llano Seco, Lagunillas, cuenca media del Chama (Ramos 1990), permitieron obtener, para esta zona de la cordillera de Mérida poco estudiada, entierros primarios y en urnas, abundante cerámica y fechamientos. Para Llano Seco la datación por medio de termoluminiscencia permitió obtener «... fechas de 1510 y 1520 años a.p. Tales datos relacionan a Llano Seco con otros sitios de la Cordillera de Mérida datados entre 600 y 1300 años d.c, como Mucuchíes y Tabay. Sin embargo, atendiendo al análisis comparativo de la alfarería de estos yacimientos y otros de la cuenca baja del Chama, observamos una estrecha relación entre Llano seco y sitios del sur del Lago de Maracaibo, como Zancudo, Onia y El Guamo...» (Ramos, 1990: 37).

A nivel cerámico, Llano Seco está estrechamente relacionado con el sitio de Estanquez en la misma cuenca media del río Chama (Gordones 1995). La muestra del material cerámico de Estanquez «... se encuentra relacionado con el material cerámico de Lagunillas (Estado Mérida) que se caracteriza por presentar una decoración plástica con incisiones lineales que en su conjunto forman motivos geométricos, apliques antropomorfos ubicados en el borde de las vasijas (....) además de pintura roja ubicada en algunos casos en la zona del labio y el borde» (Gordones, 1995: 65). A su vez «La presencia de esta muestra de alfarería con una superficie alisada y pulida, decoración incisa, aplicados y pintura roja sobre natural, relacionada, en algunos casos, con la decoración plástica incisa o modelada y la presencia de una pequeña, pero significativa muestra de pintura roja sobre fondo blanco, nos lleva a relacionar este material con la Fase Zancudo...» (Gordones, 1995: 66).
Los antropónimos y topónimos de la cordillera andina de Mérida en los siglos XVI y XVII
El manejo de una lengua en común constituye un elemento fundamental en la afinidad étnica de cualquier grupo humano. Las lenguas se presentan universalmente determinadas en un área geográfica particular. La antroponimia y la toponimia dentro de un espacio geográfico se corresponden lingüísticamente con un idioma históricamente determinado. Por tal motivo, para un «área continua que tiene una toponimia que se distingue de otras toponimias contiguas, se puede postular la existencia en cualquier punto en el tiempo, de un idioma que se distingue de los idiomas espacialmente contiguos, aunque no sobreviva ninguno de ellos.» (Groot y Hooykas, 1991: 45).
Consideramos entonces que un estudio toponímico y antroponímico de la región andina de Mérida, nos permitiría establecer, para los siglos XVI y XVII, áreas lingüísticas globales y, por consiguiente, lenguas estructuralmente iguales o diferentes en la cordillera de Mérida.
Metodológicamente, se nos presentan diversos problemas cuando tratamos con lenguas aborígenes desaparecidas, debido a que las características fonéticas y morfológicas de las posibles familias presentes en el área de estudio no son cabalmente conocidas en el presente, aunque en la actualidad contemos con el trabajo de Anita Arrieta (1992) sobre la tipología fonética y morfosintáctica del Timote.
No obstante, podríamos considerar algunos postulados para enfrentar estas limitantes según los cuales, «Con base en la delimitación espacial, se utilizan las distribuciones espaciales de elementos lingüísticos que se puedan reconocer (...) Estos elementos pueden ser fonéticos (como la /j/ o /g/ inicial) o pueden ser meramente silábicos» (Groot y Hooykas, 1991: 45).
Otro elemento problemático a tener presente sobre el aspecto que aquí tratamos es lo que Colin Renfrew denominó los «Tres procesos de cambio lingüístico en un área determinada». Según Renfrew (1990), las lenguas llegan a hablarse en una región determinada debido a tres procesos básicos: colonización inicial, sustitución y desarrollo continuo. Para nuestro caso es de suma importancia los dos primeros, es decir la colonización inicial y la sustitución.
Por colonización inicial se entiende la dinámica por medio de la cual grupos humanos penetran y colonizan un área geográfica deshabitada introduciendo por primera vez la lengua a dicha región (Renfrew, 1990). Ésta tuvo que ser la dinámica que operó cuando los primeros grupos humanos organizados poblaron inicialmente Los Andes venezolanos, creando así los primeros topónimos de la región.
El proceso de sustitución opera cuando una lengua hablada en una región geográfica determinada es desplazada por otra lengua (Renfrew, 1990). La introducción de elementos lingüísticos foráneos por migraciones o conquistas terminan imponiendo una toponimia y antroponimia híbrida o totalmente nueva en el área en cuestión.
A partir del siglo XVI los españoles comienzan a imponer nuevos antroponímicos y toponímicos que producen cambios o adaptaciones a la fonética y a la morfología de los idiomas hablados en la cordillera de Mérida. Un primer ejemplo de esta realidad lo podemos observar en el toponímico de /Xaxi/ el cual es transformado morfológicamente para conocerse en la actualidad como /Jají/; y un segundo ejemplo que tiene que ver con la hibridación, es la prefijación del nombre de /quebrada/ y/o /río/ a nombres originarios de torrentes de agua.
La comparación de antroponímicos y toponímicos recopilados en los documentos de los siglos XVI y XVII y el establecimiento y diferenciación de elementos lingüísticos como la presencia o no de ciertas afijaciones, será la metodología que orientaron nuestro trabajo. La comparación nos permite medir el grado de separación de las lenguas en relación con el grado de correspondencias localizadas y su distribución en función de poder formular un antepasado común de las lenguas (Constenla, 1995). De igual forma, a partir de la comparación se pueden establecer matrices de correspondencia fonética que nos permiten relacionar elementos con significados diferentes, pero de algún modo relacionables.
La delimitación de los grupos étnicos la hacemos a partir del análisis y la distribución espacial de los antroponímicos y toponímicos compilados en los censos de población aborigen contenidos en documentos del siglo XVI y siglo XVII, producto de las visitas realizadas por los oidores de la real Audiencia de Granada: Bartolomé Gil Naranjo (1586), Antonio Beltrán Guevara (1602), Alonso Vázquez de Cisneros (1619 y 1620) y Diego de Baños y Sotomayor (1657).
A partir de los toponímicos y antroponímicos hemos definido un primer grupo que se hallaba ubicado geográficamente en el área sur- occidental de lo que hoy es el estado Mérida. En este grupo se encontraban representadas las parcialidades de Los Estanques o Uchuara, Los Moquitilagua de Lagunillas, Nutea y La Cabana, actual pueblo de La Sabana. En el mismo, se caracterizaba, fundamentalmente, por poseer los lexemas /ana//asa/ /ina/ /gua / al final de los antroponímicos o toponímicos. Estos lexemas sufijados también los podemos encontrar muy escasamente como sufijos o infijos (Gordones, 2001) (Ver cuadro 1).

En este grupo encontramos el morfema /ana/ característico de las lenguas Chibchas, Dobokubi-Barí de Wilbert (1961) y Dobokubi-Kunaguasayá de Rivet y Armellada (1965), lo que nos permitió establecer su relación con lenguas habladas hacia el área sur-occidental del Edo. Mérida (Gordones, 2001) (Ver cuadro 2).
También se encontraron presente en esta muestra el morfema /asa/ el cual, según Constenla (1995), se derivaría del étimo Muisca y Tunebo /hase/ correspondiente al pronombre de primera persona en singular.
El mismo se presenta en el Tunebo como /asa/, no localizándose en otras lenguas de la región del Magdalena, Colombia, pero sí fuera de ésta como es el caso del Cuna y en el caso particular de Mérida en los antroponímicos y toponímicos de Estanquez y Noro (Gordones, 2001).
Otra característica lingüística de estas parcialidades, relacionadas geográficamente entre sí, es la presencia de una gran variedad de fonemas al comienzo de los vocablos. En Uchuara o Los Estanquez y Nutea se presentan /a/, /b/, /c/, /g/, /n/ y /q/, disminuyendo su presencia, quizás por la aparición temprana de los españoles, en las parcialidades de La Cabana y Muquytulagua de Lagunillas, localizadas geográficamente al frente de las dos primeras.
En el vocabulario Mosco de 1612 (Quesada, 1991), se presentan muchas palabras con morfemas /a/, /b/, /c/, /k/, /g/, /f/, /q/ y /z/ y las terminaciones con los lexemas /gua/, /que/ y /sa/. Esta característica es compartida por este grupo de parcialidades en la construcción de sus antroponímicos, lo cual podría estar relacionado con la influencia de lenguas Chibchas en la zona (Gordones 2001).
Los toponímicos y antroponímicos nos ha permitido establecer un segundo grupo representado por las parcialidades de Muchufago, Noro, Cuvachuan, Chirury, Mucunpus, Mucujubibu, Mucomamungo y Mocosnoto
(Ver cuadro 3).
Estos antroponímicos se repiten de manera casi constante para designar los nombres de los hombres de estas parcialidades. Llama la atención esta característica, ya que en las otras parcialidades se evidencia una riqueza en la construcción de los antroponímicos. Así mismo, tenemos que hacer notar la ausencia de estos antroponímicos en las otras listas que hemos trabajado.
Julio C. Salas (1997) afirma que varias de las parcialidades situadas en las cercanías de Timotes, hacia los lados del Estado Trujillo, eran dominadas por un cacique nombrado «Toneque», antroponímico que se repite en estas parcialidades.
La ausencia en este grupo de los radicales /mu/ y /mo/, que hemos tomado para caracterizar subgrupos del Timote en la región merideña, posiblemente nos esté refiriendo a la posibilidad de la gran variedad dialectal que el Timote presentaba.

Un tercer grupo estaba conformado por las parcialidades cuyos antroponímicos y toponímicos presentaban un predominio de la sufijación del morfema /mu/ y /mo/ el cual ha sido relacionado como variantes características de la lengua Timote (Gordones, 2001) (Ver cuadro 4).
Estas características en cuanto a la presencia de estos rasgos lingüísticos se concentran en las parcialidades de: Nucutacaa o Mucutaa, Capintiz, Mucuramos, Mucuchiz, Mucurua, Muquchiz, Mucipiche, Mocochiz, Mosnacho, los cuales presentan una mayor frecuencia del radical /mo-/ y en relación con las parcialidades de: Maquiguara, Tosto, Mucustunta, Mucurusturu, Muchucafan, Mucurutu, Mucumux, Musnubu, Moquechique, Muxuxoa, Mucuesjque, Mucunoque, Mucuruva, Mucurufue, Muchuetaque, y Mucuy, los cuales presentan con mayor frecuencia la radical /mu-/ (Gordones, 2001).
Un cuarto grupo estaba vinculado con las parcialidades de: Xaxi, Yricuy, Curabare, Mucutate, Muruabaz, Nucay, Camucay, Mucusnupu y Mucunano (Ver cuadro 4).
Este grupo se caracterizaba por presentar una gran variedad de morfemas al comienzo de la construcción de los antroponímicos y los toponímicos. Esta característica es compartida con el Grupo Uno, pero se diferencia de éste por no presentar los radicales /ana/, /asa/ e /ina/.
También se observa en este grupo baja frecuencia de los radicales, /mu-/, /mo-/, /mi-/,/ma-/, sin embargo, la gran variedad de fonemas en posición inicial en este grupo la encontramos también en la lista de los vocablos Timotes presentados por Arrieta (1992), por lo que consideramos que estamos en presencia de un grupo que, si bien se correspondería con el Timote, se diferencia de los antroponímicos y toponímicos, correspondientes al Grupo tres que lo hemos catalogado como típico del Timote.
Un quinto grupo estaba ubicado hacia la región sur-occidental entre los límites de los actuales estados Barinas y Táchira (Ver cuadro 5). Los toponímicos que encontramos en esta región se caracterizaban por la presencia del morfema /gua/ en posición inicial o en posición final.
Este morfema consideramos puede estar relacionado con la penetración tardía de grupos de habla arawak, donde el morfema /wa/ pudo haber sufrido una castellanización en el proceso de conquista europea. La investigación en el ámbito lingüístico nos ha permitido distinguir tres grupos con características lingüísticas emparentadas dentro de áreas geográficas específicas, donde la lengua Timote y sus variantes al parecer fueron dominantes en cuanto a su extensión y permanencia de los toponímicos y antroponímicos localizados. Estos son los grupos 2, 3 y 4.
Los grupos uno deben su relación a la expansión de los grupos hablantes de la lengua Chibcha emparentados con los antepasados del grupo Barí conocidos también en la etnología de comienzos del siglo XX como «Motilones Bravos».
Los grupos étnicos de Mérida
Fray Pedro de Aguado relata que cuando llegan los españoles hacia el año 1558 se distinguieron básicamente dos poblaciones para la cuenca del Chama y Valles laterales del mismo. Los colonizadores europeos dividieron y apartaron entonces «... dos maneras de gente; que la del pueblo para arriba toda en la mas gente de tierra fría de buena disposición y muy crecido, los cabellos cortados por junto a la oreja y los miembros genitales sueltos (...) las mujeres traen ciertas vestiduras sin costuras hecha a manera de saya que llaman los españoles samalayetas, que les cubre casi todo el cuerpo....». (Aguado, 1987: 454). Según Aguado, esta gente pobló «...todo el valle para arriba del pueblo, hasta los páramos, con otra población que está a mano izquierda del pueblo de la otra banda de la quebrada o río que llaman de Albarregas, con la población del valle de Pernia y los valles del Pabuey y Escaguey y otros sus comarcanos, y el valle de Santo Domingo y Corpus Christi y el de la Sal, con todas aquellas vertientes de la laguna, por los altos hasta casi el pueblo de la sabana» (Aguado, 1987: 454-455).
«La gente del pueblo para abajo es más menuda y muy ajudiada: traen los cabellos largos, andan desnudos, como los demás y son para menos trabajo; traen los genitales atados y recogidos a un hilo que por pretina se ponen por la cintura, y las mujeres tienen o traen vestidas las samalayetas que los demás de arriba he dicho, que son de algodón. (Aguado, 1987: 455).

Evidencias arqueológicas y lingüísticas
Las evidencias arqueológicas y lingüísticas obtenidas hasta los momentos nos permiten establecer, sin ninguna duda, que la cordillera andina de Mérida no estaba poblada para el período de contacto con el europeo por un solo grupo étnico. Los datos arqueológicos actuales de la Cordillera merideña y los territorios vecinos, nos sugieren que la primera fue ocupada por distintas oleadas poblacionales provenientes de la región nor-central del país, de la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo, y posiblemente por grupos humanos provenientes de los Llanos Altos occidentales.
Los resultados obtenidos hasta el presente nos permiten, por ejemplo, establecer diferencias claras entre el grupo étnico que habitó la parte alta del valle del Chama, la cuenca del río Motatán y la cuenca del río Nuestra Señora, con respecto a otro grupo que habitó la parte baja del Chama y la cuenca baja del río Mocotíes y otro que posiblemente ocupó la vertiente sur-occidental de la Cordillera de Mérida.
Los fechados arqueológicos que oscilan entre 1500 y 450 años antes del presente y los antroponímicos y toponímicos del siglo XVI y XVII, nos permiten correlacionar, con bastante seguridad, los grupos de lengua Timote (Jahn 1973, Arrieta 1992) con los sitios arqueológicos de Chipepe (Cruxent y Rouse 1982), San Gerónimo(Vargas 1969), La Fase Mucuchíes (Wagner 1970), Mucurubá (Meneses y Gordones 1993), Escagüey (Niño 1990), Loma de la Virgen (Ramos 1988a) Loma de San Rafael (Ramos 1988b), Hacienda San Antonio (Gordones y Meneses 1992), Cerro Las Flores (Niño 1988a, 1988b), Motocuaró, Tabay, La Culata y Timotes, ubicados todos en la cuenca alta del río Chama, la cuenca del Mocotíes y el valle del río Nuestra Señora. Todos estos sitios se correlacionan dado a las numerosas similitudes que presentan entre sí. La cerámica se caracteriza por una decoración plástica basada en la incisión corta en forma piramidal, cadenetas aplicadas con impresión de dedos, vasijas trípodes e incensarios; la presencia de construcciones de piedra ya sean como terrazas agrícolas y/ o estructuras de uso habitacional; la presencia de talleres líticos donde se elaboraban pectorales o placas aladas (Vargas 1968, Wagner 1980, Niño 1990, Gordones 1993) y las prácticas funerarias asociadas a cámaras subterráneas conocidas como mintoyes.
Estas características arqueológicas nos permiten correlacionar a estos sitios con Miquimú en el área de Carache, estado Trujillo, que según la fecha radiocarbónica fue ocupado hacia el año 650 d. C (Wagner 1988). Esta relación nos permite considerar a Miquimú como la ocupación más temprana relacionada con los contextos arqueológicos merideños vinculados con la lengua timote y cuya penetración hacia la cordillera de Mérida se debió, posiblemente, a la expansión desde los territorios del valle de Quíbor y Barquisimeto de grupos étnicos de lengua arawak, portadores de una cerámica plástica y polícroma que está representada en Carache por los tipos Chao Plástico, Mirinday pintado y el Chao Pintado-Plástico, pertenecientes a la Fase Mirinday (Sanoja 1986, Vargas 1986, Wagner 1988).
La Fase Mirinday se corresponde con la expansión de grupos arawak portadores de una alfarería pintada que se localizaban en la zona del valle de Lara y que, según Oliver (1990), comparten el mismo origen histórico con la tradición Dabajuro. Las evidencias arqueológicas de la cordillera de Mérida nos permiten plantear que los portadores de alfarería polícroma relacionada con la tradición Dabajuro y Tierra de los Indios no llegan a penetrar todo el territorio merideño. A nuestra manera de ver, la expansión de este grupo étnico de lengua arawak tendría como límite fronterizo la zona de Mucuchíes, pasando, desde luego, por las poblaciones actuales de Timotes, Pueblo Llano y Piñango, donde también se han encontrado evidencias cerámicas relacionadas con la Fase Mirinday y la tradición Tierra de Los Indios.
En la zona de Mucuchíes, cuenca alta del río Chama, Wagner (1970, 1988) encontró en sus excavaciones un porcentaje bastante considerable de tiestos relacionados con el tipo Mirinday Pintado, perteneciente a la Fase Mirinday establecida por ella. La presencia de esta muestra de cerámica en Mucuchíes nos sugiere que esta zona se convirtió en un espacio de contrastación y confrontación del uno frente al otro que permitía el mantenimiento de las relaciones interétnicas entre los grupos que ocuparon la zona.
Tomando en cuenta lo anterior, compartimos la tesis de Sanoja (1986) según la cual «Las áreas de distribución de la alfarería decorada con técnicas plásticas y la de la alfarería polícroma en el norte de la región andina, parecen sugerir de una gradual ocupación de los valles bajos y el piedemonte norandino por los fabricantes de esta última y un repliegue de los fabricantes de la alfarería decorada con técnicas plásticas hacia las regiones altoandinas...» (Sanoja, 1986: 13).
Las movilizaciones de los grupos hacia los Andes «... estarían dadas por los requerimientos territoriales de los cacicazgos en general, y del cacicazgo norocidental en particular. Esta necesidad de obtener territorios y de someter a los grupos que los ocupan, es intrínseca a este modo de vida, e incluso, a la formación económico social como un todo» (Vargas, 1986: 28).
Todo este cuadro socio-histórico explicaría, por un lado, la influencia del Arawak que presenta la lengua Timote, según el análisis sobre la fonética y morfosintaxis del Timote realizado por Arrieta (1992) y, por el otro, la presencia a nivel geográfico de diferencias léxicas de los grupos que hemos considerado como pertenecientes a la lengua Timote en la región de Mérida. Para el Timote hemos determinado la presencia de los radicales /mu/ y /mo/ como característico de la lengua, así como una variación entre la frecuencia de uno y otro que reflejaría la presencia de dialectos locales pertenecientes a dicha lengua y que estaría reflejando diferencias a nivel de la conformación de grupos étnicos dentro de un mismo territorio.
La otra oleada poblacional a la cordillera tiene que ver con poblaciones que penetran desde la zona sur-occidental del Lago de Maracaibo en una época anterior al siglo V de nuestra era. Este grupo étnico se corresponde arqueológicamente con la «Fase Chiguará» (Sanoja y Vargas 1967), «Llano Seco» (Ramos 1990), «Estanquez» (Gordones 1995), en la cuenca baja del río Chama y «La Matica», en la cuenca baja del río Mocotíes.
Desde el punto de vista arqueológico estos sitios se caracterizan, por un lado, por una cerámica que presenta una decoración plástica con incisiones lineales que en su conjunto forman motivos geométricos, apliques antropomorfos en los bordes de las vasijas, pintura roja en los bordes y labios de las piezas; por la presencia de entierros secundarios en urnas funerarias con apliques antropomorfos y entierros directos flexionados; y por el otro, por una ausencia de vasijas trípodes, figurinas antropomorfas y entierros en cámaras funerarias, elementos característicos en la zona alto andina de Mérida y Trujillo.
Los materiales cerámicos y las formas de enterramientos reportados para estos sitios nos permiten establecer relaciones de estos contextos arqueológicos merideños con la Fase Onia y Fase Zancudo de la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo, más específicamente con los tipos Zancudo Rojo, Ranchón Naranja, Zancudo Blanco (Sanoja y Vargas 1967, 1970; Sanoja 1969; Vargas 1990), Chiguará, Llano Seco, Estanquez y La Matica, en la cordillera de Mérida, comparten con Zancudo Rojo, Ranchón Naranja, Zancudo Blanco y Zancudo Alisado el antiplástico de arena, el predominio de la decoración plástica basada en líneas incisas, el punteado, la aplicación de figuras antropomorfas y zoomorfas en la parte externa de las vasijas, los entierros secundarios en urnas y la presencia de pintura roja combinada con decoración plástica.

La presencia de urnas funerarias desgrasadas con arena y apliques antropomorfos, es un aspecto sumamente importante en la relación existente entre los materiales arqueológicos de Llano Seco cuya cerámica guarda estrecha relación con la cerámica de Chiguará, Estanquez y La Matica, con los sitios ubicados en la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo (Sanoja 1968; Sanoja y Vargas 1970; Gordones 1995). Las urnas funerarias con desgrasante de arena, también han sido reportadas, para los sitios de Zancudo (Sanoja 1968) y el Diluvio (Arvelo y Wagner 1986) en la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo.
Según Vargas, la Fase Onia tiene correspondencia con la penetración de grupos Barí en la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo. Onia tiene una ocupación que abarca desde 1000 d. C. hasta 1630 d. C. Las evidencias sugieren la existencia de viviendas multifamiliares, además la existencia de vasijas de forma cónica de cuello alto y bases recubiertas con arcilla e impresiones de tejidos, le permiten establecer una relación directa con las viviendas multifamiliares, con las formas de vasijas y elaboración de tejidos de los grupos Barí actuales (Vargas 1990).
Los sitios de Chiguará, Llano Seco, Estanquez y La Matica, ubicados en la cuenca baja del río Chama y del río Mocotíes estarían relacionados lingüísticamente con el Grupo 1. Este grupo tiene como particularidad la presencia sufijada del morfema /ana/ que constituye un elemento característico de la lengua Chibcha hablada por los actuales Barí. Estas relaciones nos permiten establecer que la penetración de grupos de lengua chibcha-Barí se realizó desde la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo a través de Onia pasando por el sitio de La Matica en Santa Cruz de Mora, Estanquez y Lagunillas (Ver mapa de penetración de grupos étnicos).
Ahora bien, hemos estado relacionando estos sitios andinos con la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo. Desde el punto de vista arqueológico esta cuenca se nos presenta como un complejo mosaico cultural que pudiera estar reflejando la diversidad étnica que existió en tiempo pre-colonial en esta región histórica. Es importante recordar aquí que en la cuenca sur-occidental del Lago de Maracaibo existía una multitud de parcialidades étnicas de habla arawak, chibcha y caribe, estos últimos clasificados por la etnología de comienzos del siglo XX como motilones y que tuvieron que ver con el proceso de etnogénesis de los actuales Barí (Chibchas) y los Yupa (Caribe), hoy ubicados en la Sierra de Perijá en el estado Zulia. Las parcialidades de habla caribe y las de habla chibcha se encontraban en constante guerra por el control del territorio, y ocupaban un territorio más amplio que no tiene relación alguna con los territorios donde viven en la actualidad y que para ese entonces no estaban claramente delimitados entre ellos.
Antiguamente, los Caribes ocupaban un territorio que iba desde el río Palmar hasta las riberas del sur del lago de Maracaibo, los alrededores del río Zulia y el río Uribante (Rivet y Armellada, 1961; Amodio, 1995). Igualmente los grupos Chibcha ocupaban los territorios ubicados entre los ríos Ariguaisá, Santa Ana, Catatumbo, de Oro, Tarra y el caño Bobuki en la ciudad de El Vigía (Rivet y Armellada,1965; Lizarralde y Beckerman,1982).
Los estudios léxico-estadísticos nos permiten plantear que los grupos de habla chibcha penetraron la cuenca sur-occidental del lago de Maracaibo antes que los grupos de habla caribe. Hace 4.500 años, los antepasados de los Barí iniciaron su penetración desde el territorio colombiano, específicamente desde Valledupar hacia la cuenca occidental de Lago de Maracaibo; en esa época se separaron de los antepasados de los Tunebos y los Muiscas que continuaron hacia el sur en dirección a la Sierra del Cocuy (Constenla, 1995). Mientras tanto, las parcialidades de habla Caribe, en cambio llegaron a la región hace aproximadamente mil años antes del presente en diversas oleadas migratorias provenientes, por un lado, de los llanos a través de la depresión del Táchira, y por el otro, desde la costa norte atravesando el Lago de Maracaibo (Ruddle y
Wilbert ,1983; Tarble, 1985).
Esta discusión tiene correspondencia con los datos arqueológicos existentes para la región en cuestión. Hacia el 700 d. C y 1200 d. C. encontramos diferenciados en la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo dos tipos de antiplásticos: arena fina y tiestos molidos (Sanoja y Vargas 1967, 1970; Arvelo y Wagner 1986 y Vargas 1990).
El desgrasante de arena fina comienza a ser utilizado por grupos que se asentaron tempranamente (600 d. C. ) en los alrededores del río Catatumbo en la cuenca sur-occidental de Lago de Maracaibo. El mismo se encuentra asociado a la Fase Caño Grande y relacionado con los tipos Ranchón Naranja, Zancudo Rojo y Zancudo Blanco, ubicados en el área de Caño Zancudo, más hacia el sur del Lago de Maracaibo (Sanoja y Vargas 1970; Vargas 1990). Este tipo de desgrasante también lo podemos conseguir más hacia el Norte, en la cabecera del río Palmar, en los sitios de El Diluvio, San Martín y Caño Pescado, ubicados cronológicamente entre 700 y 1500 d. C. (Arvelo y Wagner, 1986).
Según Vargas (1990), el antiplástico de tiestos molidos comienza a ser común en los sitios arqueológicos de la cuenca sur-occidental del Lago a partir de 1000 d. C. en los sitios El Guamo (Guamo sencillo) y El Danto, ubicados en las inmediaciones del río Zulia. Los tiestos molidos como desgrasante también los encontramos en los sitios de El Diluvio, San Martín y Caño Pescado (Arvelo y Wagner 1986); lamentablemente las publicaciones que poseemos sobre estos últimos sitios no nos permiten definir claramente la secuencia estratigráfica de los contextos para establecer el orden de aparición de ambos antiplásticos.
Aunque la mayoría de la cerámica del área en cuestión posee una decoración plástica, cuando analizamos la distribución geográfica y las cronologías vemos que en la decoración existen matices y notamos que la dispersión de los antiplásticos se corresponde con el modelo de expansión y ocupación del territorio propuesto para los grupos étnicos de habla Chibcha y de lengua Caribe. A nuestra manera de ver, el antiplástico arena fina, mucho más temprano, se encuentra asociado también con urnas funerarias, y se corresponde con grupos étnicos de habla Chibcha; y el de tiestos molidos, más tardío, se corresponde con grupos étnicos de habla Caribe.
La información aportada por Sanoja y Vargas (1970) sobre las Fases Caño Grande y El Guamo, evidencia, según la información etnográfica proveniente de los Yukpa actuales (Ruddle y Wilbert, 1983), las posibles luchas que tuvieron los Caribe y Chibchas por el control del territorio.
La aparición brusca en Caño Grande en un momento determinado de su ocupación de elementos típicos del Guamo, es decir de cerámica con antiplástico de tiestos molidos, podría indicar la penetración y control de este territorio en un momento determinado por grupos étnicos de lengua Caribe.
Los topónimos y antropónimos de la cordillera de Mérida también nos permitieron establecer la existencia de un grupo étnico relacionado con la lengua Arawak hacia la vertiente sur-oriental de la cordillera. Hipotéticamente, la penetración de este grupo se pudo producir desde los Llanos de Barinas hacia esta porción de la cordillera de Mérida que colinda con el estado Táchira.
Los grupos de lengua arawak a los cuales nos estamos refiriendo estuvieron asentados en el área que ocupan las poblaciones actuales de: Santa María de Caparo, Guaimaral, Canaguá, Capurí, Guaraque y Bailadores.
Lamentablemente hasta la fecha no contamos con trabajos arqueológicos sistemáticos sobre estas poblaciones andinas merideñas; sin embargo, para el territorio tachirense tenemos contextos arqueológicos muy cercanos con Santa María de Caparo, Guaimaral y Bailadores. El Palmar, San Miguel y Los Monos en el municipio Libertador, El Porvenir en el municipio Uribante, Colinas de Queniquea en el municipio Sucre y Angostura, municipio Jáuregui (Durán 1998), nos permiten establecer una caracterización general del área en cuestión.
Consideramos que la presencia de una pequeña muestra de alfarería con engobe blanco y pintura roja sobre blanco, presente en el material de Estanquez y Llano seco, guardaría relación con la expansión de la Fase El Guamo a Onia y hacia Estanquez de donde posiblemente se desprende hacia Llano seco. La penetración de esta alfarería bícroma en la zona no llega a desarrollarse, prevaleciendo una cerámica con decoración plástica basada en la incisión asociada a pintura roja en la zona del borde, elemento que podría estar relacionado con la alfarería de los grupos Chibchas que penetran en la zona y se encuentra presente en el registro del material arqueológico de Estanquez, Llano Seco, La Matica, y en menor proporción de Chiguará.
La presencia de engobe blanco y pintura roja sobre blanco es relacionada por Sanoja y Vargas (1967,1970) con la Fase El Guamo a partir de la presencia de pintura blanca, la cual habría penetrado en Onia y luego pasaría a la Fase Zancudo, dando origen al tipo Zancudo blanco para después decaer al final del primer período, que abarca de 864 a.C. a 1168 d.C, y que estaría marcando, según Sanoja y Vargas, un desplazamiento de los grupos portadores de la alfarería del occidente de Maracaibo hacia el piedemonte andino.
Mapa de penetración de grupos étnicos a la cordillera andina de Mérida
Grupo 1
Cuadro N °1
Antroponímicos y Toponímicos
Muquytulagua
Tibygua
Titelagua
Ayanquesina
Qusina
Piagua
Quenasa
Bynuagua.
Tocobalasa
Cinquesina
Aguarquetena
Guasinasa
Guata
Vrasa
Enasa
Iguanasa
Cabana
Chiaguana
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomo 1 al 10.
Cuadro N °2
Antroponímicos y Toponímicos de Estanquez, Lagunillas La Sabana y Nutea
Vocabulario Barí- Dobokubí (Wilbert, 1961)
Qusina
acyína
Quenasa
kána
Tocobalasa
aríbará
Aguarquetena
tsabará
Enasa
káangbara
Cabana
ataidána
Ayanquesina
K’aína
Cinquesina
aiwáina
Guasinasa
dadará
Titelagua
ohkríhgua
Iguanasa
áana
Chiaguana
ñiaaná
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomo 1 al 10.
Grupo Nº 2
Cuadro N °3
Antroponímicos y Toponímicos
Cacepo,
Mocaque
Toneque
Tismabi
Mofote,
Nachucascepo,
Nisfuy
Moresfuy
Munay
Joroy
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomo 1 al 10.
Grupo 3
Cuadro N °4
Antroponímicos y Toponímicos
Muharacun
Morachemay
Mujuu
Moxontoco
Mucabay
Morcamoxa
Mustizo
Morejoto
Mucurupay
Morosase
Mujurunda
Moyrare
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomo 1 al 10.
Grupo Nº 4
Cuadro N °5
Antroponímicos y Toponímicos
Yricuy
Chinto
Purucuta
Cirigui
Pirandu
Canti
Tasenbag
Extam
Tutaque
Chucucha
Soch
Curubare
Tamani
Mitiqui
Jumiure
Etundi
Cajanba
Jolong
Quichi
Cargapachi
Mobu
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomo 1 al 10.
Grupo Nº 5
Cuadro N °6
Antroponímicos y Toponímicos
Fuente:
BNTFC. Archivo Histórico de la Nación. Visitas de Venezuela. Tomos 26 y 27.
Segui
Tanon
chimu
Extaraque
Cachiquine
Tamani
Sochi
Nacay
Picarando
Chicofa
Tiquito
Mocomn
Tijo
Muripaz
Mosnachog
Yricagua
Diricagua
Ysuguaca
Guaraque
Guaruries
Guariquenas
Guarichines
Curvenas
Babiriquenas
Chalbaud Zerpa, Carlos. Historia de Mérida
1997. Universidad de Los Andes. Consejo de Publicaciones. Merida. Venezuela

LOS TIMOTO –CUICAS

Los aborígenes venezolanos, o sea, los primitivos moradores de nuestro paí, formaban grupos limitados y apartados unos de otros. Estas parcialidades se hallaban ubicadas, señaladamente, en las montañas, en las llanuras y en las selvas.
Se organizaban, por lo general, de manera muy sencilla, en comunidades integradas por grupos familiares o clanes.
Estas tribus eran independienes las unas de las otras, sin una clara unión social, cohesión política ni uniformidad cultural, puntos que lo difeenciaban de los mayas, aztecas y chibchas.
Si en base a los progresos del hombre primitivo separamos a la prehistoria en dos grandes períodos de salvajismo y de barbarie, podriamos afirmar que todos los aborígenes venezolanos, a excepción de los que habitaban en la cordillera merideña, arbitrariamente denominados Timoto-Cuicas vivían en la etapa del salvajismo, caracterizada por la recolección, la caza y la pesca, una agricultura primitiva de conucos y la agrupació en clanes y conglomerados tribales.
Los llamados Timoto-Cuica, que sería mejor denominar Chamas o Tatuyes, cuando llegaron los españoles, se encontraban en el período inicial
Organizar la unidad de proyectos factibles para apoyar la comuna
ANTECEDENTES
MARCO SOCIO-CULTURAL
MARCO SOCIO TECNICO

7 comentarios:

  1. muy largo para copiar y hecer resumen ni loca para eso tengo sipientes buenos en materias

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  2. esto es no me sirve re largo, podrian resumir un poco no.!!! era mejor mostrar el mapita de america con los indigenas k no lo encuentro x ninguna parte. grr!!!q mal mal mal k enojo!!!!

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  3. Nojoda esto es un amierdad xq o hicienron algo resumidoo no podian hacer el cuadro.! tarados.!

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  4. esto es no me sirve re largo, podrian resumir un poco no.!!! era mejor mostrar el mapita de america con los indigenas k no lo encuentro x ninguna parte. grr!!!q mal mal mal k enojo!!!!

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  5. verda es burda de chimba esta pagina deveria aparecer el mapa

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  6. pues se supone que te mandan a investigar y hacer resume o informe no copiar lo que esta en la pagina analiza por eso es que hay tanta gente taradas

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